En la declaración se hace un llamado al Gobierno de los Estados Unidos para reconsiderar la construcción de un muro divisorio en nuestra América.
El Ministerio de Relaciones Exteriores comparte la posición que el mismo presidente estadounidense George W. Bush ha mantenido, en el sentido de que una solución viable al problema de los inmigrantes es una reforma migratoria integral, que incluya un programa de trabajadores huéspedes y una vía para la legalización de los inmigrantes indocumentados, indica la Cancillería en un comunicado.
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La construcción del muro de más de 1.200 kilómetros en varios tramos de la frontera, también fue rechazada por la Asociación de Migrantes Rumiñahui, que criticó la medida aprobada por Bush.