El presidente de Bolivia, Evo Morales, lanzará este martes una nueva política minero metalúrgica en medio de fuertes tensiones entre pequeños empresarios cooperativistas, mineros asalariados y el gobierno, según aprobó el gabinete la medianoche del lunes.
  
La política de reactivación del sector "no se trata de una  nacionalización", explicó la mañana de este martes el vocero presidencial, Alex Contreras, en la casa de gobierno.
  
Según Contreras, el decreto de reactivación minera revitaliza la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol) que incorporará este martes en condición de trabajadores regulares a 4.000 cooperativistas a la mina de Huanuni, donde un enfrentamiento entre mineros a principios de octubre dejó 16 muertos.
  
El viceministro de coordinación con Movimientos Sociales, Alfredo Rada, dijo que el nuevo plan, además de apuntalar a la Comibol, preserva los  intereses del Estado e impulsa las inversiones privadas y garantiza las  operaciones de los cooperativistas, que con el anuncio de protestas hicieron abortar las expectativas oficiales de nacionalizar las minas.
  
La marcha sobre La Paz de mineros cooperativistas, que se enfrentaron al Ejército en el altiplano, fue determinante en octubre de 2003 para que el ex presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada renuncie a su mandato.
  
La poderosa Federación de Cooperativas Mineras (Fencomin) aglutina a unos 60 mil afiliados y está abiertamente opuesta a una nacionalización del sector.
  
Con el anuncio del decreto por parte del ministro de Minería en Huanuni cerca al mediodía de este martes "se da inicio justamente un 31 de octubre, una fecha trascendental para la historia minera del país, a esta nueva política nacional minero-metalúrgica", declaró Rada.
  
El 31 de octubre de 1952, el presidente boliviano Víctor Paz Estenssoro nacionalizó la minería en Bolivia. Sin embargo, 33 años después, el mismo mandatario entregó las concesiones mineras a privados.
  
A causa del anuncio de nacionalización, los mineros se han declarado en vigilia en sus respectivas empresas, como en el caso de los trabajadores del complejo metalúrgico Vinto.
  
Vinto forma parte de Sinchi Wayra, subsidiaria de la empresa suiza  Glencore, que el 2004 compró las minas y la fundición que hasta entonces pertenecían a la Compañía Minera del Sur (Comsur), del ex presidente Sánchez de Lozada, reseñó el diario La Razón.
  
"En Aroifilia, Porco y Don Diego (los mineros) vigilan armados sus  empresas", agregó el rotativo.
  
Este domingo Bolivia recuperó el control sobre sus hidrocarburos a través de un decreto de nacionalización expedido en mayo por el presidente izquierdista Evo Morales.