Las condiciones económicas del país explican la tendencia. Los ‘prepago’ destinan entre $ 3 y $ 4 al mes para este servicio; son receptores de llamadas.
Al menos ocho de cada diez usuarios de celulares en el país han optado por adquirir tarjetas prepago para acceder al servicio y han evitado, así, mantener un compromiso fijo con alguna de las tres compañías –Movistar, Porta y Alegro– que operan en el país.
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Se trata, según Movistar, de un cliente que usualmente, y debido a su nivel de ingresos, no asume el compromiso de consumir un determinado volumen de minutos al mes, como lo hace el usuario pospago, que ha contratado un plan.
El consumidor prepago “se caracteriza por hacer muy pocas llamadas al mes y básicamente es un receptor”; por ello, y mientras no corra el riesgo de perder la línea telefónica asignada, prefiere no adquirir una nueva tarjeta y limitarse a recibir llamadas.
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Así, el cliente prepago puede atender sus necesidades laborales: las personas que demandan su trabajo lo ubican en el celular aunque él o ella no pueda efectuar llamadas.
Este tipo de usuario, según Movistar, realiza una cantidad muy baja de llamadas al mes y consume, en su mayoría, entre $ 3 y $ 4 mensuales.
Con estos ingresos, por usuario, las operadoras deben cubrir sus costos fijos; es decir, el pago de las licencias de los programas, del costo de la fabricación de la tarjeta y del margen de utilidad de quienes las venden.
Porta y Alegro coinciden, además, en que el cliente que compra tarjetas –por la naturaleza del contrato, vigente de 4 a 90 días– “tiende a ser más nómada” entre el teléfono celular y el fijo. Puede o no dejar de usar el servicio, dicen los expertos.
Es precisamente el perfil del cliente prepago la razón, argumentan las operadoras, para que las tarifas que se les cobra –en cualquier país– sean mayores a las impuestas para los clientes pospago.
Actualmente, los casi 7 millones de usuarios prepago cancelan hasta 63 centavos de dólar por minuto de llamada, mientras que los pospago -en algunos casos- hasta la mitad.
Porta y Movistar cobran hasta 63 centavos y Alegro hasta 50 centavos (cuando sus clientes prepago no han optado por las tarifas especiales). Quienes han contratado un plan, en cambio, cancelan entre 21 y 42 centavos (cuando no se ajustan a las tarifas especiales).
La diferencia llega hasta el 200% y todos son valores que se aplican cuando el abonado habla de una operadora a otra distinta.
¿Y las llamadas en la misma red? La gama de precios por minuto es la siguiente: 29 centavos de dólar en Alegro; 38 centavos en Porta; 36 y 39 centavos en Movistar. Todas son tarifas que se aplican si el cliente prepago no opta por tarifas u ofertas especiales y ninguna considera tarjetas inferiores a $ 10.
Para los clientes pospago, el monto es uno solo: 8 centavos, que sumados a impuestos alcanza los 10 centavos.
Las tres operadoras han trabajado, sin embargo, en opciones para incentivar el consumo de minutos por cliente, incluido el prepago.
Así, Movistar ofrece a sus clientes prepago una tarifa especial de 10 centavos por minuto tras descontarle mensualmente $ 1,90. Porta aplica ese mismo valor para las llamadas a diez números de la misma empresa, que el abonado debe ingresar al sistema; y Alegro tiene su tarifa naranja: 12 centavos por minuto.
Las operadoras sostienen que el número de usuarios de este tipo de servicio –la mayoría– no influye en el concepto de reducción de tarifas.
En Alegro, sus funcionarios creen –además– que la inversión en tecnología está relacionada con la fijación de la tarifa, al igual que los gastos de operación, los de mantenimiento, los comerciales, la venta de terminales y el pago a canales de distribución.
El ex presidente del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), José Pillegui, no comparte los criterios de las operadoras.
Está seguro de que la brecha obedece a una política amparada en el contrato que –para Porta y Movistar– terminará en el 2008 y que establece una tarifa máxima elevada (50 centavos por minuto); desde ese año, el panorama podría variar pues el Conatel fijó, para los nuevos contratos, un costo tope de 30 centavos.
SECTOR
TENDENCIA
En la mayoría de países de América Latina, los usuarios prepago representan entre el 80% y 90% del mercado.
En las naciones con alta estabilidad económica se revierten esos porcentajes; el consumo prepago oscila entre el 10% y 20%.
FIDELIDAD
Según Alegro, los clientes pospago pueden acceder a mejores tarifas porque tienden a ser más fieles a la empresa, desde el punto de vista de que firman un contrato.
DECISIÓN
Un típico cliente prepago no goza de un seguro de equipo porque cualquier dinero adicional prefiere gastarlo en servicios de valor agregado o llamadas.
FACTORES
En los últimos cinco años, según un informe de la Asociación GSM América Latina, los mercados de la telefonía celular en países como Ecuador, Argentina y Guatemala han estado sujetos a la inestabilidad política, la aplicación de impuestos, tarifas de interconexión, altos costos de licencias y del espectro.
CONSUMO
En América Latina, el consumo de minutos en telefonía móvil es muy bajo en comparación con Europa Oriental y EE.UU.: 31 versus 76 minutos. En la región, los ingresos del sector han crecido el 14% anual.