Decenas de habitantes de Guayllabamba, población ubicada al nororiente de Quito, cuestionaron la reunión mantenida con la candidata a concejal Katherine Endara en la que se expulsó al presidente de la Junta Parroquial, Colón Narváez.
Katherine Endara, ex trabajadora de la Empresa Metropolitana de Agua Potable (Emaap), presentó el pasado mes un recurso de amparo para impedir que se distribuya agua contaminada en Guayllabamba y Tumbaco.
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Según las denuncias presentada por la demandante, el agua tiene altos niveles de arsénico, por lo que no es apta para el consumo. El arsénico es un elemento químico cancerígeno reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los moradores indican que no quieren que se los utilice como confrontación política. “Le preguntamos por qué ella no denunció antes, y dice que porque le daba miedo”, criticó una de las habitantes en el noticiero de Gamavisión.
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No obstante, exigieron a las autoridades municipales la mejora de la calidad del agua, porque la denuncia pública de la contaminación con arsénico ha reducido el turismo en el lugar.
Katerine Endara y Carlos Landín, ex trabajadores de la Emaap, presentaron el 28 de agosto pasado un amparo constitucional para evitar que el agua que abastece a Guayllabamba y Tumbaco siga siendo distribuida.
Ellos argumentaron que la norma INEN establece que el límite máximo de arsénico es de 10 microgramos por litro y que en Tumbaco hay hasta 100 microgramos por litro.