El bus que se volcó el pasado domingo en la vía Quito-Papallacta y causó la muerte de 47 personas estaba en malas condiciones mecánicas, circulaba sin permiso y además usurpaba el nombre de una cooperativa de transportes.

La Empresa Metropolitana de Administración del Servicio de Transporte (Emsat) informó que no concedió el permiso de circulación y criticó la falta de acción policial.

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Las autoridades de tránsito de Pichincha señalaron que se realizan operativos pero que los choferes los evaden.

La última revisión al bus señala desgaste en barras de dirección, en pines y bocines, fijación incorrecta de amortiguadores, abrazaderas de eje flojas, entre otros problemas.

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¿Cómo logró un bus de transporte escolar recorrer la vía Quito-Papallacta con exceso de pasajeros y con las llantas totalmente lisas sin ser detenido?

Esa es la inquietud que tras el accidente que enlutó a la comunidad de Fajardo, que  perdió a 47 vecinos, se mantiene sin respuesta.

El vehículo Hino de placas PZA-131 que había sido adquirido por Jaime Cristanto (quien murió en el accidente), el 9 de febrero pasado, ya no tenía permiso de funcionamiento en el Distrito Metropolitano. Además, esa unidad dejó de pertenecer a la Cooperativa de Transporte Escolar Arrayanes.

Sin embargo, continuó por casi nueve meses prestando servicios, utilizando ilícitamente el nombre de la cooperativa y los colores amarillo y negro que distinguen a los transportes escolares.

Para Rubén Villota, gerente de la empresa de transportes Arrayanes, existe un vacío o un problema legal con las unidades que salen de circulación. Nadie controla que estas cambien los logotipos, la razón social y sus colores.

Para Aejandro Laso, gerente de Emsat existió responsabilidad de la Policía Nacional de Tránsito. A pesar de que el día del accidente esa unidad recorrió desde Sangolquí hasta Papallacta, no hubo ninguna autoridad que la detuviera.

Sobre el tema, el coronel Fernando Burgos, jefe provincial de Tránsito de Pichincha, comentó que la Policía sí tuvo un dispositivo de vigilancia en Pifo, no obstante, comentó que los conductores buscan evadir los obstáculos.

Para Burgos, la principal responsabilidad del accidente recae en el propio conductor, quien invitó a su familia a un paseo en el cual se iba a utilizar un vehículo en malas condiciones.