Comunidades enteras del interior de Honduras se  están quedando sin hombres jóvenes porque una gran mayoría ha emigrado hacia  Estados Unidos, aunque gracias a las remesas que reciben surgen lujosas viviendas en medio de la pobreza, según informes de prensa divulgados este lunes.
  
"La realidad en este municipio es que nos hemos quedado sin hombres",  lamentó en declaraciones al diario La Tribuna Arminda Contreras, alcaldesa de  Aramecina, departamento de Valle, 140 km al sur de la capital, uno de los  municipios más golpeados por la migración.
  
La fuga masiva hacia Estados Unidos provoca una desintegración familiar  porque se van esposos, padres de familia e hijos, provocando conflictos en los  núcleos familiares.
  
Delina García, 57 años, lamenta que la esposa de su hijo se unió a otro  hombre: "Mi nuera no quería seguir sola, esperó cinco años a mi hijo y nada",  deploró.
  
Ella "estaba desperdiciando su juventud, más que es bonita, muy hermosa;  aquí las mujeres sufren, no ve que no hay hombres y los pocos que hay están  viejos y feos", describió García al diario.
  
"Otras abortan porque el fruto de su vientre es prohibido y en parte le doy  la razón a mi nuera de irse con otro hombre", admitió la mujer.
  
Pero en contraste con la desintegración familiar, en medio de las montañas  se levantan lujosas viviendas, construidas con el dinero de las remesas, y se  compran automóviles.
  
Todas estas viviendas tienen colocada sobre la puerta principal un águila  metálica, en homenaje a Estados Unidos, el país que les permitió la posibilidad  de construirla.
  
"Mi meta fue regresar a mi pueblo, pero con el deseo de construir mi propia  casa, igual a las que construí en el país que me dio la oportunidad de aprender  a trabajar", afirmó Dionisio Fúnez (27), quien levantaba su propia vivienda con  la arquitectura de las que edificó en Estados Unidos, como ayudante.
  
"La gente vive mejor que antes de tener un pariente en Estados Unidos; sí,  lo más difícil aquí es que existen muchos hogares jefeados por mujeres",  advirtió la alcaldesa.
  
Unos 80.000 hondureños emigran cada año pero sólo un 17% logra su objetivo  de entrar a Estados Unidos, donde viven cerca de un millón de personas de este  país de siete millones de habitantes, según el Comité del Migrante Retornado  que ayuda a los deportados.
  
Este año han sido deportados cerca de 18.000 hondureños vía aérea, sin  contar los miles que son obligados a retornar por tierra desde México y  Guatemala.
  
Las remesas que envían los indocumentados superarán este año los 2.300  millones de dólares, contra 1.765 millones que fueron el año pasado, según  cifras oficiales.