Anousheh Ansari, de 40 años, es una empresaria de telecomunicaciones iraní-estadounidense. Ansari se unió a un cosmonauta ruso y a un astronauta estadounidense en el estrecho interior del Soyuz TMA-9 para un viaje a la Estación Espacial Internacional (EEI).
La nave espacial de diseño soviético despegó con el estruendo de sus motores hacia un cielo despejado desde la base de Baikonur.
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“El lanzamiento fue un éxito”, expresó el jefe de control de la misión, Vladimir Solovyov, a la prensa en Moscú.
Ansari, una ciudadana estadounidense que vive en Dallas y que salió de Irán en 1984, desea ser un ejemplo para sus compatriotas.
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Sin embargo, se le pidió que retirara la bandera iraní de su traje espacial y, por insistencia de los gobiernos de EE.UU. y Rusia, prometió que no habría mensajes políticos durante su viaje.
Ansari parecía tranquila y sonreía durante la conferencia de prensa del domingo, antes del lanzamiento en la base de Baikonur. La mujer manifestó que llevaría otra bandera iraní para su viaje.
Ansari, quien permanecerá diez días en el espacio, no ha dicho cuánto le costó su pasaje. El programa espacial ruso ha cobrado en el pasado alrededor de $ 20 millones.