El club River Plate, famoso en el mundo como los millonarios, está en bancarrota y echa mano a recursos como vender la marca del club o jóvenes jugadores, para sanear deudas calculadas en 25 millones de dólares.
  
Reconocido por ser un club tradicionalmente exportador de figuras hacia el  mercado europeo, incluso por encima de su archirrival Boca Juniors, River ha  encontrado en la venta de jugadores la fuente vital para sanear el déficit  operativo de la entidad.
  
"River tiene la economía más sólida del fútbol argentino", señaló recientemente el presidente José María Aguilar, aunque la realidad parecía indicar otra cosa.
  
Desde 1996, River sumó ingresos por ventas de jugadores por 244,5 millones  de dólares, incluida la transferencia mayor en la historia del club, la de Javier Conejito Saviola al español FC Barcelona, en 25.850.000 dólares.
  
Incluso, durante la gestión de Aguilar, también obtuvo ganancias por los traspasos del mediocampista Javier Mascherano (15 millones de dólares), Luis Lucho González (6 millones) y los delanteros Fernando Cavenaghi (11,5 millones)  y Maximiliano López (5 millones), en poco más de tres temporadas.
  
Sin embargo, el desequilibrio en las finanzas obligó a buscar fondos para  cerrar de la mejor manera el balance, y por eso se vendió un porcentaje del  habilidoso franco-argentino Gonzalo Higuaín en seis millones de euros a un  grupo empresario europeo.
  
Asimismo, también se habría cedido parte de los derechos sobre Fernando  Belluschi, Juan Antonio, Augusto Fernández y Germán Lux a cambio de fondos para  acomodar las finanzas de la entidad.
  
Aguilar desmintió la venta de Higuaín, una de las promesas más ascendentes  del fútbol argentino, pero también reconoció que "si el club no vende, tendrá  un balance con pérdida".
  
La entidad con sede en el barrio porteño de Núñez atraviesa un momento  particular, en el que intenta recuperar el protagonismo, pero con el peso de  acumular nueve años sin conquistas en el plano internacional, que contrasta a  su vez con los triunfos obtenidos por Boca en las últimas temporadas.
  
Esta ausencia en las etapas decisivas también repercutió negativamente en  las finanzas, ya que los presupuestos incluían los ingresos por llegar las  finales en las copas internacionales, etapa que no se pudo cumplir.
  
Según Aguilar, River recibió una propuesta de un grupo vinculado a la  internacional MSI (Media Sports Investment), la misma que gerencia al brasileño  Corinthians, para vender la explotación de la "marca River" en el mundo por 25  millones de dólares, cifra equivalente a la deuda global del club.
  
La propuesta también incluiría un porcentaje sobre los derechos de algunos  jugadores y la organización de amistosos internacionales.
  
Por otra parte, también se supo que una compañía de gaseosas de Estados  Unidos ofreció unir su nombre al del estadio Monumental a cambio de 40 millones  de dólares.
  
El momento complicado de River tuvo otro episodio confuso hace algunas  semanas, cuando un grupo de violentos ingresó en el estacionamiento del  Monumental y destrozó los automóviles de jugadores y dirigentes, después de la  derrota en el clásico ante Racing Club (3-1), además de las amenazas de muerte  que Aguilar reconoció haber recibido.