La adolescente austriaca secuestrada durante ocho años,   Natascha Kampusch, impresionó por su fortaleza de carácter y facilidad de expresión en su primera aparición televisiva, estimó la prensa local.

Pero “quedan muchas preguntas”, destacó el diario Kurier, “y su relación con Wolfgang Priklopil, su secuestrador, siguió siendo tabú”, pues rechazó hablar de posibles relaciones sexuales, en la entrevista con la cadena ORF.

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“¿Es tan fuerte como parece? ¿Podrá enfrentar el interés extremo de los medios de comunicación? Ahora que mostró su rostro, ¿podrá ser otra cosa que ‘la pequeña Natascha que un psicópata encerró en un sótano’?”, se cuestionó a su vez  el diario Der Standard.

Entre otros temas que trascendieron ayer sobre su cautiverio, Kampusch señaló que el día de su secuestro estaba muy triste porque la noche anterior su padres, que ya estaban divorciados, pelearon.

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Expresó que en meses anteriores ya le había advertido a su secuestrador, Wolfgang Priklopil, “no puedo seguir viviendo así, con seguridad voy a huir de ti”, y que un día “me juré que iba a hacerme mayor y más fuerte para poder liberarme. Por decirlo de alguna manera, hice un pacto con mi yo futuro para que libere a la pequeña niña de 12 años”.

Agregó que siempre “intenté ser igual o mejor que las personas de fuera, sobre todo en la educación escolar.
Siempre sentía que tenía un déficit. Por eso traté de aprender cosas. Por ejemplo, logré aprender sola a bordar”.

Sobre las salidas con su captor: “Él era muy cuidadoso, casi no se movía de mi lado”. “Hubo muchas personas a las que intenté hacerles señales... pero la gente no piensa en algo así, no se les ocurre..., no había suficiente tiempo...”.

Entre sus planes está “escribir un libro sobre mí. No quiero que otros, excepto expertos,  den juicios sobre mí”.