Una neumonía terminó con la vida de la mujer más longeva del planeta. La madrugada del pasado domingo, María Esther Heredia Lecaro vda. de Capovilla, falleció a los 116 años.
Hilda Capovilla, hija de la decesada, mencionó que su madre cumpliría los 117 años, el próximo 14 de septiembre. “Pensamos que sí llegaría a esa fecha, porque se la veía bien”.
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Heredia se convirtió en un personaje conocido en el mundo debido a que formó parte del Libro de Récords Guinnes por su edad.
Los trámites para que ella forme parte de este registro mundial los iniciaron sus familiares en Miami, en junio del 2005. Los requisitos que presentaron fueron: partida de nacimiento, fe de bautismo, fotos, videos y hasta cartas personales.
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El 9 de diciembre del 2005, en Guayaquil, los parientes de María Esther le organizaron una reunión. Era la celebración de su ingreso al Guinnes.
Ella pensó que se trataba de su cumpleaños. Le explicaron que formaba parte de los récords mundiales porque recibieron un correo con la noticia de Amarilis Espinoza, mánager de los Guinnes
Aunque no se sentía tan mayor recibió en esa fecha a sus allegados con cariño.
María Esther tuvo cinco hijos (dos fallecidos), once nietos, veinte bisnietos y dos tataranietas.
Ayer, a la sala Exclusiva 1 de la Junta de Beneficencia llegaron sus amistades y familiares. La misa de cuerpo presente se realizó a las 12h00 y su sepelio a las 13h00, en el cementerio general.
Heredia Lecaro nació en 1889. El año pasado ella le quitó el título de la mujer más longeva a Elizabeth Bolden, de Memphis, Tennessee, que nació en 1890.