Nadie en Tungurahua se imaginó que la reactivación del volcán Tungurahua el pasado miércoles iba a causar tantos estragos. La ciudad de Ambato quedó completamente cubierta de ceniza y en zonas cercanas al volcán hay viviendas destruidas.

El material volcánico y cascajo, que alcanzó tres y cuatro centímetros de espesor, motivó una reunión urgente del Comité de Operaciones de Emergencia (COE).

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Autoridades locales que conforman el organismo resolvieron declarar a la provincia en emergencia, para agilizar la entrega de fondos para atender la emergencia.

Se informó que alrededor de 40.000 cabezas de ganado no tienen qué comer, porque los pastos están cubiertos de ceniza y los productos agrícolas se perdieron.

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Desde Jaloa, El Guanto, El Santuario, Hualcanga Santa Anita y otras zonas del cantón Quero, los pobladores indicaron que el peso de la ceniza arrasó con casas y árboles.

Algunas personas se dirigieron a los albergues y a los animales se los trasladó a canchas deportivas.

“Vamos a pedir auxilio al Gobierno para ver si hay algo de recursos para comprar lo que se necesita para atender a los animales”, dijo Diana Álvarez, directora del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Tungurahua.

Tomamos la precaución de mantener en reserva  26.000 raciones alimenticias que permitirán atender la demanda de la población por lo menos en quince días, dijo el presidente del COE y gobernador de Tungurahua, Eduardo Tohaza.

Ante la caída de ceniza que cubrió Ambato se prohibió la circulación de vehículos. Las entidades públicas y privadas decidieron no laborar. La población, por su cuenta, resolvió realizar mingas de limpieza para tratar de eliminar el material volcánico.