Alemania conmemoró el domingo los 45 años de la  construcción del Muro de Berlín, que durante 28 años dividió en dos la capital  alemana, en tanto surgía una polémica en torno al número de personas que  murieron mientras intentaban franquearlo.
  
El ministro alemán de Interior, el conservador Wolfgang Schauble, y el  alcalde socialdemócrata de Berlín, Klaus Wowereit, depositaron ofrendas  florales al pie del monumento a las víctimas, en la Bernauerstrasse.
  
Entre el 13 de agosto de 1961 y el 9 de noviembre de 1989, esa calle estuvo  cortada en dos por el Muro y desde entonces se convirtió en uno de los sitios  simbólicos a los que acuden los turistas.
  
La conmemoración tiene lugar luego de que un nuevo informe publicado por el  Centro de Investigación de Historia Contemporánea de Potsdam (cerca de Berlín)  diera cuenta de 125 personas muertas mientras intentaban cruzar el Muro.
  
Pero ese balance fue puesto en entredicho por una asociación de defensa de  las víctimas, el Grupo de Trabajo del 13 de agosto, que calcula en 239 los  muertos y acusa al gobierno de coalición de la ciudad, formado por  socialdemócratas y ex comunistas, de suavizar los hechos para minimizar la  brutalidad del régimen comunista.
  
La Alemania Oriental comunista genera desde hace algunos años un interés  renovado y algunos de sus ex ciudadanos, decepcionados por los efectos  económicos de la reunificación del país, recuerdan con nostalgia --la  "Ostalgia" ("Ost" en alemán significa este)-- el modo de vida socialista, sin  libertad pero en ciertos aspectos más solidario, de la desaparecida República  Democrática Alemana.