En febrero de este año terminé de pagar un terreno en Mucho Lote, y como no tengo posibilidades de construir, busqué una empresa que lo hiciera en los planes que se ofertan, e ingresé con mi esposa los documentos el 8 de marzo, indicándonos la compañía que nos respondería a fines de mayo.
Esa empresa nos notificó telefónicamente el 29 de mayo que no salimos favorecidos con el crédito del banco porque constábamos en la Central de Riesgos, además nos pidió que nos acercáramos a sus oficinas para retirar nuestra documentación; gestión que al día siguiente la realicé y pregunté qué deuda era, mas la señorita que me atendió dijo que el banco era el que analizaba la documentación y este me tenía que responder, pero le indiqué que el 25 de mayo otro banco nos hizo un préstamo para un negocio de mi esposa, y que nosotros no podíamos constar en la Central de Riesgos, pues no nos hubieran dado el préstamo.
Ante la insistencia, la señorita llamó al banco para verificar la supuesta deuda y le indicaron que el sueldo que percibo es igual a los gastos que tengo; o sea, ya no era porque constaba en la Central de Riesgos sino por otro motivo también falso, pues no tomaron en cuenta los ingresos del negocio de mi esposa, y jamás se acercaron de esa entidad bancaria a observar qué tipo de negocio era y cuánto rendía, ya que el crédito que ellos iban a dar era mayor al que el otro banco nos otorgó y cuyos representantes, en cambio, sí fueron a verificar los datos.
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Nos calificaron de no tener capacidad de pago, cuando nosotros cancelamos puntualmente durante tres años las letras del terreno; no constábamos en la Central de Riesgos como se nos quiso hacer creer; y no analizaron nuestros ingresos familiares.
Al preguntar qué solución nos darían para insistir en el crédito, la compañía nos señáló que lo único que nos quedaba era comprar la villa al contado. Eso quiere decir que algunas de estas presionan a las personas para que les adquieran las viviendas de esa forma, porque más les beneficia a ellos y a la banca, dejando a un lado la necesidad habitacional de la gente de escasos recursos.
Guillermo Salvatierra Melgar
Guayaquil