Dos cantones y una parroquia quieren estar en el plan de emergencia para paliar efectos del Tungurahua.
Los cantones Patate y Píllaro, así como la parroquia Montalvo (en Ambato) buscan ser incluidos en el área declarada en emergencia por el proceso eruptivo del volcán Tungurahua, que comenzó en 1999.
Publicidad
El Comité de Operaciones Emergentes (COE) provincial aprobó el pedido y la solicitud se canaliza a través de la Defensa Civil.
Según Elicio Aguiar, alcalde de Patate, las comunidades de Puñapí y Loma Grande están dentro de las zonas afectadas. En caso de producirse la erupción total del volcán, si no desaparecen, serían entre las que más impactos sufran”, dijo.
Publicidad
“No pedimos alimento, porque a Dios gracias, sí tenemos que comer; pero se debe preocupar por la seguridad de las poblaciones con la construcción de dos albergues, porque los techos de las viviendas están sensibles y no soportarán ceniza volcánica en grandes cantidades”, agregó.
Aguiar atribuye a la caída de ceniza que se produjo desde comienzos de año, la disminución, en el 60%, de la producción de mandarina, aguacate, tomate de árbol y fréjol; en Puñapí y Loma Grande, donde residen 83 familias.
El alcalde de Patate señala que a través del COE cantonal y el Cuerpo de Bomberos se hizo el pedido y por esa razón, de la ayuda que llegó desde Venezuela se entregaron 60 raciones alimenticias, herramientas, botas de caucho y otros materiales para las dos poblaciones.
Incluso, el Municipio realizó la construcción de pequeños albergues en los sectores de San Rafael Alto, El Mirador, cerca de Puñapí, La Tranquilla, La Joya, que servirán para atender cualquier emergencia que se presente, pero no tienen las condiciones para que la población permanezca ahí mucho tiempo.
Montalvo
Ángel Moreta, presidente de la Junta Parroquial de Montalvo, y Luis Enrique Paguay, teniente político, señalaron que el 80% de las 1.200 familias de esta parroquia, ubicada 11 km de Ambato, se dedican a la agricultura y sufren los efectos de vivir frente al volcán.
El pedido para ser incluidos dentro de las zonas en emergencia se hizo desde hace cinco años, dice Moreta, pero no fue aceptado.
Desde entonces la producción de manzana, durazno, claudia, mora y tomate de árbol, así como la agrícola, descendió en forma paulatina.
Antes, cada planta de durazno producía entre dos a tres cajas, ahora, a duras penas llega a una caja y de mala calidad, pues la ceniza quema la flor y el fruto cae al suelo, explicó.
Por esta razón los precios en los mercados ya no representan utilidad para los fruticultores y agricultores. “El pueblo de Montalvo sobrevive porque es trabajador, pero ahora requiere de apoyo”, indicó.
Incluso, por la caída de ceniza los techos de 58 casas de la parroquia están afectados y a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) se consiguió recursos para la reparación y hacer casas nuevas en San Francisco, La Esperanza, Palahua, El Carmen, Montalvo Centro, Amazonas y Luz de América.
Pero sin explicación, hace tres meses se retiraron los fondos, indica Paguay.
Los habitantes del lugar sufren enfermedades de la garganta, nariz y ojos, y por eso solicitan que el subcentro de Salud amplíe los servicios.
Representantes de la parroquia solicitaron en mayo que se incluya en el plan de contingencia a Montalvo y reciba los recursos para su reactivación.