El mandatario venezolano entregó los primeros fusiles AK-103 de un lote de 100 mil que compró a Rusia.

La construcción de la primera fábrica de fusiles de asalto rusos Kalashnikov en el hemisferio occidental, resuelta por el presidente venezolano Hugo Chávez, atemoriza a Washington.

Estados Unidos cree que Chávez, un firme aliado de Cuba, podría armar a los revolucionarios de América Latina o la guerrilla colombiana con los legendarios fusiles de asalto rusos AK-103.

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El presidente Hugo Chávez planea comenzar la construcción de la primera fábrica Kalashnikov en el Hemisferio Occidental, sembrando temores de que podría comenzar a armar a los revolucionarios de América Latina con miles de los legendarios fusiles de asalto rusos.

Chávez niega que tenga tales intenciones, asegurando que su gobierno compró 100.000 fusiles de asalto AK-103 de fabricación rusa y una licencia para fabricar los Kalashnikov, para defender su país “del más poderoso imperio de la historia”, en alusión a EE.UU.

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Sus opositores y Washington creen que planea utilizar la fábrica de fusiles para proveer armas a sus aliados, entre ellos Cuba y Bolivia, y forjar una alianza militar contra EE.UU.

La administración del presidente George W. Bush está preocupada y afirma que Venezuela desarrolla una capacidad militar que supera sus necesidades y la naturaleza de las amenazas en esa región”.

“El contrato que Venezuela firmará para la fabricación de fusiles Kalashnikov AK-103 no prevé que el país exporte ese tipo de armas y solo podría hacerlo con el consentimiento de Rusia”, explicó el  presidente de la empresa vendedora, Izhmash, Vladimir Grodetsky.

Aunque Chávez ha asegurado que “correrá sangre venezolana” si EE.UU. invade Cuba o Bolivia, nunca ha dicho que proveerá las armas.

Además, niega vehementemente que la reciente adquisición de equipo militar –estimada en 2.700 millones de dólares– constituya un incremento del potencial bélico o que represente una amenaza a la estabilidad regional.

Sus asesores militares argumentan que Venezuela necesita los fusiles Kalashnikov nuevos para sustituir al obsoleto Fusil de Asalto Ligero FAL, de fabricación belga, y para armar a 2 millones de reservistas. La fábrica se construirá en cinco años y producirá entre 20.000 y 30.000 fusiles.

El fusil AK-103 es una versión moderna del AK, calibre 7,62 mm, con un alcance efectivo de 1.000 metros y una capacidad de 600 disparos por minuto. Fue adoptado por el Ejército ruso en el 2004 y solo hay otro país que usa el mismo modelo como arma de reglamento, pero su contrato tiene una cláusula de confidencialidad”, destacó Grodetsky.

El complejo del fusil contiene además bayoneta, cuatro cargadores, pertrechos de mantenimiento, correa y una bolsa de  portacargadores.

Venezuela solicitó adicionalmente el lanzagranadas.

Anna Gilmour, experta en defensa latinoamericana en el londinense Grupo de Información Jane teme que los fusiles serán desviados a las nuevas milicias civiles y de allí al mercado negro, pero autoridades militares aseguran que estrictos controles, incluyendo códigos seriales en cada fusil, evitará su robo o venta.