El informe sobre la muerte del brasileño Jean  Charles De Menezes, abatido en julio pasado en el metro de Londres por la  policía, que lo confundió con un terrorista, será publicado sólo a fines del  verano (boreal), anunció el viernes la comisión que estudia el caso.
  
"Pensamos que (la publicación) va a ser efectuada a finales del verano",  afirmó el viernes un portavoz de la comisión independiente que examina las  denuncias contra la policía (IPCC), y que tiene en sus manos la indagación  sobre la muerte del electricista brasileño de 27 años.
  
Aunque inicialmente estaba previsto para el viernes, el portavoz explicó  que el aplazamiento de la publicación de la investigación sobre la muerte De  Menezes, abatido de siete disparos en la cabeza el 22 de julio, se debía a que  la indagación "tomaba más tiempo que el previsto inicialmente".
  
Los familiares de Menezes denunciaron inmediatamente el nuevo aplazamiento  de ese esperado informe de la comisión de investigación, vaticinando que será  publicado "sólo en el otoño" próximo, o sea, en setiembre u octubre.
  
En un comunicado en el que criticó la extrema lentitud de la comisión para  aclarar el caso, la familia de De Menezes afirmó que dos oficiales de la  policía que deben ser interrogados por los investigadores no van a ser  escuchados hasta julio o agosto.
  
"La familia ya fue abandonada por la policía, y ahora lo es por la fiscalía  y por la IPCC", indicó el comunicado de la familia del brasileño.
  
Los familiares de De Menezes han reclamado desde un principio llevar a la  justicia a los responsables de la operación en la que murió el joven inocente,  que fue acribillado cuando yacía en el suelo de un vagón de metro, en la  estación de metro de Stockwell (sur).
  
La familia de De Menezes ha exigido en particular que el jefe de la policía  metropolitana de Londres, el comisario Ian Blair, acarree con las consecuencias  del error que costó la vida al brasileño, y que dimita.
  
El joven fue abatido al día siguiente de los ataques fallidos de Londres,  una réplica de los atentados del 7 de julio, que dejaron 52 muertos además de  los cuatro presuntos autores de la matanza.