Montenegro daba este domingo sus primeros pasos como Estado soberano después de haber proclamado el sábado su independencia y puesto fin a casi 90 años de unión con Serbia.
"Independiente para siempre", tituló en portada el diario independentista Vijesti en letras gigantes.
Uno de los primeros trámites del nuevo país será pedir, este mismo martes, su adhesión a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), señaló el Vijesti.
En la próxima cumbre de la OTAN, Podgorica solicitará también su ingreso en la Asociación por la Paz, agregó el rotativo citando al presidente, Filip Vujanovic.
El primero, y último, presidente del Estado común de Serbia-Montenegro, Svetozar Marovic, anunció este domingo que su mandato había terminado.
Paralelamente, el parlamento serbio dijo que el lunes adoptará una declaración mediante la cual Serbia se convertirá en el sucesor del Estado común.
"Serbia, como heredero del Estado común, debe asumir oficialmente lo que heredó", declaró el presidente del parlamento, Predrag Markovic, citado por la agencia Beta.
Montenegro es a partir de ahora un nuevo país en el mapa cuya aparición marca la desmembración definitiva de la ex Yugoslavia, que las otras repúblicas abandonaron durante las guerras que ensangrentaron los Balcanes en los años 90.
"Anuncio que el parlamento de Montenegro votó a favor de la proclamación de la independencia de Montenegro", dijo la noche del sábado a los diputados reunidos en sesión extraordinaria el presidente del parlamento, Ranko Krivokapic.
En el exterior, varios centenares de personas celebraron estas palabras con aclamaciones y fuegos artificiales.
En el referéndum del 21 de mayo, un 55,5% de los montenegrinos votó a favor de la Independencia, medio punto más que el mínimo fijado por la Unión Europea.
El sábado, los partidos favorables al mantenimiento de la unión con Serbia boicotearon la sesión del parlamento en una clara ilustración de que el país está dividido y deberá pasar por una etapa de reconciliación.
"La Independencia sin la oposición", tituló el diario unionista Dan.
Serbia, que apoyó a los unionistas, recibió con amargura la separación de su pequeño vecino tras haber esperado que los vínculos históricos, culturales y religiosos que unen a los dos países desde hace siglos, fueran más fuertes.
Tras cortos periodos de Independencia, Montenegro estaba ligado a Serbia desde 1918.
Sin embargo, ningún dirigente serbio asistió a la proclamación de independencia.
El primer ministro conservador, Vojislav Kostunica, férreo partidario del mantenimiento de la unión, fue el más amargo. Achacó el voto montenegrino a la Unión Europea, "responsable", según él, "tanto de las reglas del referéndum como de la proclamación de los resultados".
Esta actitud podría tensar las relaciones con Pogdorica.
Según la Carta constitucional que definió en 2003 el Estado de Serbia y Montenegro, Serbia hereda el estatuto internacional, el escaño de la ONU y las representaciones en las instituciones políticas y financieras.
Montenegro deberá por tanto hacer las gestiones necesarias para ser reconocido internacionalmente.
Más allá de los problemas políticos, donde realmente deberá esmerarse es en el ámbito económico. Considerada como una de las regiones más pobres de los Balcanes, apuesta por el turismo pero tendrá que mejorar sus infraestructuras si quiere superar la cifra actual de 900.000 visitantes anuales.