Un escándalo  político afecta al primer ministro francés Dominique de Villepin, acusado de realizar maniobras para perjudicar al ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, su principal rival en las  presidenciales del 2007, ambos del mismo partido de derecha UMP, en el poder.

El diario español El País habla de un Watergate francés y el Daily  Telegraph, de Londres, describe la “presidencia agonizante de Chirac”.