En junio de 1997, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Congreso se enfrentaron por la designación de los jueces. El entonces presidente de la CSJ, Carlos Solórzano Constantine, señalaba que el Parlamento no debía interferir en esa designación. Pero el magistrado Jorge Maldonado (cercano al PSC) se mostró partidario de que ese organismo nombrase a los jueces e, incluso, indicó que León Febres-Cordero “(...) no solo que manda en las Cortes, sino que es dueño del país”.
Solórzano retomó esa expresión en entrevistas para aludir a la influencia de Febres-Cordero en la CSJ.
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LFC se refiere a ese episodio así: “Esa fue una frase bienintencionada expresada por un buen amigo mío, cuando en una conversación, en broma, dijo: ‘Si Febres-Cordero es el dueño del país’; expresión hecha sin ninguna connotación de no ser la de significar que yo tenía liderazgo. Esa expresión bienintencionada fue tomada por un sinvergüenza de Guayaquil que la usó políticamente (...)”.
LFC agrega que “es ridículo hablar de ser dueño del país (...) No hay país que tenga dueño. Que puedo haber tenido influencia en la opinión pública, mucha gente lo cree, pero de ahí a tildarme así, es producto de una mente degenerada”.