San Francisco recuerda hoy el centenario del terremoto del  18 de abril de  1906, su acontecimiento histórico más trascendente, en el cual murieron más de tres mil personas.

A este hecho se suma el temor por otro eventual gran sismo que podría afectarlo.

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Hasta entonces,  1906, San Francisco había vivido tiempos esplendorosos tras la Fiebre del Oro de  1849.

A las  05h12  de hace un siglo, un terremoto de magnitud  7,8 en la escala de Richter, de poco más de un minuto bastó para iniciar una catástrofe que dejó en la calle a unas  250.000 personas y causó la muerte de  3.000, según los cálculos más conservadores.

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Más dañino que  el terremoto en sí, fueron sus réplicas y los incendios que se desataron después en zonas donde colapsaron los sistemas de gas.

En otros lugares, los desastres fueron intencionales. Algunos dueños prendieron fuego a sus propiedades, aseguradas contra incendios pero no contra daños por un temblor.
El terremoto fue tan fuerte que se sintió en el estado de Oregón, al norte de California y en Los Ángeles, al sur.

El terremoto de San Francisco se trató de un desastre anunciado por sismólogos.

La Oficina Meteorológica registró  16 pequeños sismos en  1905, y el jefe de bomberos, Dennis Sullivan, advirtió meses antes de que la ciudad reunía todas las condiciones para quedar reducida a cenizas.

La causa del terremoto que hace un siglo devastó San Francisco se conoció en tres días al establecerse la llamada falla de San Andrés.

La mayor diferencia entre entonces y ahora es que  en lugar de las  800.000 personas que vivían en la bahía de San Francisco en  1906 hoy son cerca de siete millones los que residen en la zona.

Junto a la falla de San Andrés están las de San Gregorio, Rogers Creek, Calaveras y Hayward, todas paralelas al océano Pacífico y listas para reventar como si fueran una banda elástica cuando la tensión tectónica sea muy fuerte.

62% DE POSIBILIDADES
hay de que un gran sismo afecte los estados de Oregón y California hasta el  2033, según científicos. Para muchos este se dará, lo que no se sabe  es cuándo.