La policía italiana anunció ayer la captura del “capo” máximo de la Cosa Nostra, o mafia siciliana, Bernardo Provenzano, quien estaba prófugo desde hace 40 años.
Jefe máximo de la ‘Cosa Nostra’ atrapado por la policía italiana
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El “capo máximo” de la Cosa Nostra o mafia siciliana, Bernardo Provenzano, prófugo desde 1963, acusado de haber planeado en 1992 los asesinatos de los dos jueces símbolos de la lucha contra la mafia, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, fue detenido ayer por la policía italiana.
Provenzano, de 73 años, llamado il capo di tutti i capi, era el presunto líder de todos los jefes mafiosos de Italia y fue detenido en las afueras de su pueblo natal Corleone, en Sicilia.
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Prófugo por más de 40 años, logró evadir la justicia gracias al sistema de protección personal que organizó a su alrededor, en el que solo se comunicaba con sus amigos por mensajes escritos, trasladados por hombres de confianza.
Pero una conversación telefónica interceptada a un hombre de confianza de Provenzano que se ponía de acuerdo con su interlocutor sobre cuándo llevarle ropa limpia al jefe, permitió el arresto.
Vestido con un simple pantalón vaquero y una chaqueta, Provenzano fue capturado en una finca abandonada en una fecha no determinada y su identidad se comprobó con exámenes genéticos.
Invisible y camaleónico, y protegido por el principio sagrado de la omertà (la ley del silencio: nadie vio, oyó o escuchó) adquirió el rango de padrino a fuerza de matanzas.
Condenado seis veces a cadena perpetua, la única fotografía del jefe mafioso era de 1959, cuando era un joven “capo” del pueblo de Corleone. El año pasado se elaboró un retrato robot tras una operación de próstata en Marsella, Francia, bajo falsa identidad.
La grabación de su voz en el 2005 contribuyó probablemente a su detención y permitió evitar confusiones, como la surgida hace dos años, cuando la policía detuvo en Roma a un bombero que se le parecía.
Estuvo a punto de ser detenido a fines de los 90, en un control de carreteras, pero le dejaron marchar al no reconocerlo, y en el 2001, tras hallar su escondite en una zona rural de Sicilia, del que escapó poco antes de que irrumpiera la Policía.
Provenzano se convirtió en un temido asesino a sueldo tras la II Guerra Mundial, recibiendo el apodo de El Tractor debido a que supuestamente acribillaba a balazos a sus víctimas.
Asumió la dirección de la Cosa Nostra siciliana en 1993 tras la muerte de Luciano Liggio y la detención de Toto Riina, tan despiadados como él.