Me parece muy desacertado que ustedes en su artículo titulado ‘El TLC inspira al grafitero Álex Ron’, y publicado en primera plana el 19 de marzo, comparen la poesía con el grafiti. La poesía por esencia es un arte, el grafiti es un delito mediante el cual el malhechor destruye la propiedad privada y pública.
En vez de estimular el mal ejemplo sería bueno que investiguen el otro lado, el de los muchos dueños de casas que ven sus fachadas dañadas por esos desadaptados.
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Capt. Avc. Ricardo Vásconez
Guayaquil