Ante un posible brote de epidemias, los equipos australianos de emergencia trabajan a contrarreloj para evitar que se agrave la situación de las víctimas del ciclón Larry, que azotó el pasado lunes Queensland, afirmó ayer el líder del gobierno de ese estado, Peter Beattie.
No se han registrado muertos ni heridos graves, pero los daños materiales pueden superar los 350 millones de dólares y se teme una epidemia de dengue.
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Los servicios de emergencia empezaron a repartir alimentos y agua tras asegurarse de que todos los damnificados tienen refugio.
El ciclón Larry se convirtió en las últimas horas en tormenta tropical y avanza por el sur del golfo de Carpentaria, en el extremo nororiental de Australia, con vientos de unos 100 km por hora.
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Mientras, los meteorólogos controlan el ciclón Wati, que se acerca hacia el continente desde el mar de Coral.