El saliente mandatario chileno, Ricardo Lagos, abandonó este sábado el palacio presidencial de La Moneda y viajó al puerto de Valparaíso para entregar su cargo a Michelle Bachelet, la primera mujer que gobernará Chile.
Cientos de personas llegaron espontáneamente hasta las afueras de La Moneda para despedir a un emocionado Lagos, quien termina su período de seis años con un popularidad que bordea el 70 por ciento.
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"Hay una posta que se releva hoy día y en eso consiste la democracia. Se inicia un nuevo liderazgo y una nueva conducción con Michelle Bachelet y todos debemos trabajar por el éxito de su gobierno", dijo el mandatario.
"¡Lagos 2010!, ¡Lagos 2010!", le gritaban sus adherentes en las afueras de la sede del gobierno en el centro de Santiago, en referencia a una posible postulación para una reelección del saliente mandatario.
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Una de las últimas actividades de Lagos como presidente fue una reunión con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en la que abordaron las "buenas relaciones" entre ambos países y "temas internacionales", según el propio mandatario.
Antes de partir a Valparaíso, sede del Congreso chileno y donde se realizará la ceremonia de asunción del mando de Bachelet, Lagos se tomó la última foto con todo su gabinete en las afueras de La Moneda, en medio de la ovación del público.
La autopista que une Santiago con Valparaíso estaba fuertemente resguardada por la policía chilena ante el traslado de un gran número de autoridades extranjeras invitadas y sus comitivas.
En la asunción de Bachelet participarán una docena de mandatarios latinoamericanos, un hito por la asistencia de los presidentes de una izquierda que ha ganado fuerza en América Latina.
Bachelet, quien partió al exilio tras ser torturada durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), pertenece a la coalición de centroizquierda Concertación, en el poder desde el retorno de la democracia.
La investidura de Bachelet es vista por analistas como una oportunidad para reafirmar el creciente papel de la izquierda en el mapa geopolítico latinoamericano.
La mandataria electa, una pediatra de 54 años de edad que fue ministra de Salud y Defensa de Lagos, recibirá de manos del presidente del Senado, Eduardo Frei, la banda presidencial.
La llegada de líderes de América, Europa, África y Oceanía obligó al gobierno a redoblar la seguridad de los principales hoteles de la capital, sumado a cortes en calles de Santiago y de la costera ciudad de Valparaíso.
La transmisión del mando considera además ceremonias y recepciones oficiales en Santiago, junto con una fiesta ciudadana en la principal avenida de la capital chilena el domingo.