Vender servicios funerales en las áreas de urgencia de los hospitales es una costumbre antigua, según Álvaro Cortez, representante de Transmedical.
Entre las personas que se encuentran en las salas de emergencia a la espera de noticias sobre la salud de un familiar se mezcla personal de las funerarias que cuando observa la desesperación de quienes reciben el anuncio de la muerte de un pariente se acerca para ofrecer sus servicios.
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Samia Peñaherrera, gerenta del Programa de Aseguramiento Popular (PAP), dio la voz de alarma esta semana. No solo se trata de personas que buscan vender el servicio funeral, sino que aprovechan un momento de angustia para hacer un negocio que puede ser perjudicial para el pariente del decesado.
Explicó que como el PAP ofrece la capilla ardiente y el ataúd, se pudo detectar que a quienes han perdido un pariente “los buitres funerarios”, como los llama, lo abordan e incluso les hacen firmar letras de cambio y se endeudan para el funeral.
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Este Diario recorrió algunos centros de salud públicos y encontró personas que se dedican a ofrecer nichos, cajas mortuorias y capillas ardientes. Ellos prefieren no revelar su identidad.
“Lo primero que hacemos es preguntar si el muerto tiene deuda con el hospital, de qué murió o si la muerte fue violenta”, dijo uno de los agentes vendedores, como se hacen llamar.
Explicó que una vez que contratan los servicios, ellos se encargan de llamar a la Brigada de Homicidios o Agentes de Tránsito -si la muerte fue violenta-, entregan la caja, la capilla, el embalsamado y los trámites, por $ 160. El alquiler de la bóveda está fuera del referido valor.
Aseguró que en ocasiones hasta prestan dinero al familiar del fallecido para que pague la deuda en el hospital, a cambio de prendas de valor.
Rechazó la acusación de que se haga firmar letras de cambio porque “no tienen validez”. Agregó que sí se recibe, por ejemplo, artefactos eléctricos que se pueden vender si los deudos no cancelan sus obligaciones.
Álvaro Cortez, apoderado general de la empresa Transmedical Helth Sistems, que ganó la licitación para prestar servicios funerarios al PAP, comentó que conoce que en los hospitales -no citó nombres- los “buitres” venden el ataúd, el transporte, el nicho, la velación a plazos.
Refirió que la manera para que los deudos paguen sus haberes son inhumanas porque los agentes vendedores retienen el certificado de inhumación y sepultura hasta que les cancelen, de lo contrario -dice- no hay entierro.
Precisó han podido establecer que en este ‘negocio’ están involucrados médicos, paramédicos y enfermeras que “prácticamente venden el cadáver a uno de los agentes, pues les dan todas las referencias del fallecido y sus familiares” para que los busquen.
El propietario de una de las funerarias que está ubicada en la 29 y Oriente (frente al hospital Guayaquil) reconoció que en varias casas de salud existen los “enganchadores” que trabajan con ciertas funerarias que hacen quedar mal a las que esperan que sea el cliente quien las busque.
El propietario de esta funerario -que también prefirió omitir su nombre-, indicó que el servicio que presta va desde los $ 180, lo que incluye la caja, cortinaje, capilla ardiente, formolizada del cadáver y los trámites de sanidad y del Registro Civil.
La propietaria de funeraria Guayaquil (Portete entre Quito y Machala), Susana Panta, también afirmó que ellos esperan que el cliente los busque e incluso en algunas ocasiones ha regalado cajas a quienes no tienen recursos para sepultar a su difunto.
El propósito del PAP con la denuncia es recordar a las madres beneficiarias del bono de desarrollo que en caso de fallecimiento el programa cubre la capilla ardiente y el ataúd, pero no da dinero, por eso recomienda no comprar por su cuenta el servicio funeral.
APUNTES
Féretros
El costo de las cajas varía de acuerdo al material y su diseño. En la 29 y Oriente, la de tipo americano cuesta $ 500 y la metálica $ 220, la que tiene mayor demanda es la $ 180. Los precios ya incluyen los servicios funerarios.
Bóvedas
El costo de una bóveda en alquiler por 4 años incluido el nicho va desde $ 252. Los valores varían de acuerdo con la puerta por donde ingrese el cadáver; el bloque, la fila, si es primer, segundo o tercer nivel. De ahí que los costos fluctúan entre $ 732 y $ 1.362 (puerta 1, bloque Dalia, Exclusiva) o de $ 452 a $ 823 (puerta 15). Estos costos los manejan los dueños y vendedores de las funerarias.