Unas 400 computadoras que se utilizaron en los bancos cerrados serán destruidas al final de este año si nadie las compra.
Son aparatos con pantallas monocromáticas, aquellas en las que se escribía con letras verdes sobre un fondo negro. Sus CPU están dañados.
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Los directivos de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), que maneja los bienes de diez bancos cerrados, no se hacen expectativas de venderlos.
Las que después de ocho años de estar fuera de servicio aún encendían (un grupo de 600) se vendieron a escuelas rurales en 1, 2 y 3 dólares; o a talleres de reparación, pero ya no hay más interesados, dijo el subdirector de Activos de la Agencia, Marco Martínez.
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Antes de la destrucción se realizarán auditorías para que la dada de baja cumpla con las regulaciones.
Los escritorios con patas o cajones rotos, las puertas de cajas de seguridad y casilleros que se abrieron a la fuerza porque algunos arrendatarios no reclamaron su contenido (joyas y relojes de marca que se entregaron en custodia del Banco Central) se venderán como chatarra.
La AGD aún no cuenta con los avalúos de esos bienes. En los balances contables, la cuenta de las propiedades y equipos de los bancos en saneamiento suma, a septiembre pasado, $ 26 millones, e incluye los edificios ($ 11 millones) y una depreciación acumulada de $ 12 millones.
Estos artículos estaban en una bodega de Sico (vía a la Costa), pero comenzaron a retirarse porque ese inmueble se vendió hace cuatro meses, en conjunto con otro en Quito por 3,5 millones de dólares.
Ahora se los traslada a otro edificio de la AGD, ubicado en la Av. Juan Tanca Marengo. Aún no está definido si en ese nuevo lugar se expondrán los artículos para la venta o si solo será otra bodega.
El almacenamiento mayor está en la torre –construida a medias– de Makro, en la Av. Plaza Dañín, junto al local donde funcionaba un almacén con el mismo nombre.
Lo más rescatable es ajeno
En las bodegas de la Agencia hay mercadería en buenas condiciones y de fácil venta, como material de ferretería, minería y pisos; pero no le pertenece a la entidad.
Estos son productos de los embargos que se realizaron a las compañías deudoras y por lo tanto no se pueden vender hasta que no se terminen los procesos coactivos.
Dentro de esta mercadería estaban los zapatos que se vendieron el 6 de abril del 2005, en la administración del coronel Carlos Arboleda. Eran 5.800 pares de calzado para hombre de procedencia china, ofertados a 1 dólar.
Si hubiera un reclamo por parte del propietario de esa mercadería, la AGD no se responsabilizará porque la realizó el gerente anterior, dijo el subdirector de Activos.