Con un agónico gol del cañonero Limberg Gutiérrez, Bolívar derrotó 1-0 a Estudiantes de la Plata en elprimer partido del Grupo 2 de la Copa Libertadores de América-2006, disputado este martes en La Paz, y que completan el peruano Sporting Cristal y el colombiano Independiente Santa Fe.
El tanto boliviano fue convertido al expirar el cotejo, a los 82 minutos, con un hermoso sombrero del Bomba Gutiérrez al golero Martín Herrera, tras recibir un paso en profundidad que le permitió adelantar a tres defensas.
Con excepción del gol, el partido fue lento y aburrido hasta la desesperación en gran medida por culpa de los locales, que lucieron sin ideas ni iniciativa y también por el planteamiento absolutamente conservador del dibujo táctico presentado por el técnico argentino Jorge Burruchaga.
Los pincharratas parecían estar claros en su propósito de arriesgar lo mínimo para ver si se daba la casualidad de anotar un gol, aunque era por demás evidente que su única táctica y estrategia fue intentar un empate con sabor a victoria.
En ese plan la defensa albirroja tuvo un comportamiento sobresaliente, aunque el héroe de la noche resultó ser el portero Martín Herrera que echó por la borda cuanto morterazo le dispararon los cañoneros bolivianos Gutiérrez y Carmelo Angulo, hasta la apertura del marcador.
Burruchaga -que le tiene pavor a la altura de La Paz, donde jugar un partido de fútbol es, según él, inhumano- plantó una doble línea de cuatro, que le dio buen resultado.
El equipo celeste no pudo explotar los tres elementos que hubiesen contado a su favor: la localía, el manejo de ritmos y tiempos y los temibles 3.600 m de altitud de La Paz.
Bolívar tuvo cierta lucidez cerca a los primeros 15 minutos de juego dando oportunidad a que Herrera se luciera en su puerta con un cerrojo destacable ante sucesivos disparos de Luis Torrico y Oscar Sánchez, que mandaron fuego desde fuera del área grande.
En un par de jugadas locales bien hilvanadas, donde el lateral Daner Pachi tuvo un rol protagónico, el defensa Agustín Alayes puso la pierna milagrosamente evitando la inminente caída de su arco.
Cerca al final, Herrera ahogó nuevamente el grito de gol al despejar de un manotazo un disparo envenenado de Angulo. En la réplica, Juan Cominges desperdició una muy buena oportunidad de anotar.
El juego fue tan caótico y deslucido que los 15.000 espectadores que acudieron al estadio Hernando Siles despidieron con silbidos a su equipo al cabo de la primera mitad, aunque luego, enfervorizados por la victoria, despidieron al plantel con aplausos y papel picado.
Con el último aliento, Estudiantes de La Plata tentó suerte en la última media hora del partido adelantando riesgosamente sus líneas en busca del desequilibrio que pudo haber llegado si no marraban sucesivamente Cominges y José Sosa.
Marcelo Carrusca perdió una irrepetible oportunidad, a los 81, y acto seguido el Bomba Gutiérrez no perdonó y selló el 1-0 final y valioso.
La derrota marcó el retorno de los pincharratas al certamen continental de clubes luego de 22 años de ausencia. El equipo rioplatense alcanzó el tricampeonato en línea en 1968, 1969 y 1970.