El chipriota Marcos Baghdatis, la sensación del Abierto de Australia de tenis por haber eliminado a tres ‘top ten’ para llegar a la final, afirmó estar preparado para escalar una montaña y derrotar hoy al suizo Roger Federer, el número 1 del mundo.
En realidad, todos los aspectos bajo los que se analice la final de hoy favorecen al suizo Federer, quien busca conquistar su séptimo torneo de Grand Slam.
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Federer ya ganó este torneo en el 2004. A los 24 años, Federer es el indiscutido número 1 del mundo desde hace dos años, y de los 43 torneos que disputó en el circuito profesional ganó nada menos que 34.
Del otro lado de la red, Baghdatis, de 20 años, no era cabeza de serie en el torneo australiano, es apenas el 54º del escalafón mundial, nunca ganó un título individual en el circuito y hoy jugará la segunda final de su vida, después de caer en el partido decisivo del torneo de Basilea, en el 2005.
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Sin embargo, los dos llegan en un momento especial a la final del torneo australiano.
Federer, quien en semifinales mostró un tenis portentoso al derrotar al alemán Nicolas Kiefer, conoció en el torneo momentos de fragilidad y hasta nerviosismo.
Por su parte, Baghdatis es pura emoción. El campeón mundial juvenil del 2003 no parece afectado por las largas batallas que disputó en Melbourne, como los tres partidos a cinco sets.
En los octavos de final ‘despachó’ al estadounidense Andy Roddick, cabeza de serie número 2, y en los cuartos de final eliminó al croata Ivan Ljubicic, favorito número 7.
En la semifinal, Baghdatis perdió los dos primeros sets contra el argentino David Nalbandian (Nº 4), pero venció las tres mangas siguientes para convertirse en la sensación del torneo.
Mauresmo venció
Mientras, en la final de damas, la francesa Amélie Mauresmo ganó su primer título, tras ir superando a Justine Henin 6-1, 2-0 y 0-30 cuando la belga se retiró de la cancha por molestias estomacales.