Austria asumió ayer la presidencia semestral de la Unión Europea (UE), en la que se ha propuesto “dar un nuevo impulso” al bloque para conseguir que se adopte la Constitución, fomentar el crecimiento y gestionar la entrada de nuevos países.
“Austria quiere utilizar su presidencia para acercarse de nuevo a la Europa de los ciudadanos y de las ciudadanas y a reforzar la confianza en el proyecto europeo”, declaró el canciller austríaco, Wolfgang Schuessel.