Fundamentalistas religiosos en EE.UU. sufrieron ayer una derrota en su lucha contra la teoría de la evolución, luego de que un juez del estado norteamericano de Pennsylvania decidiera que en el distrito de Dover se debe seguir enseñando la teoría de Charles Darwin en las clases de biología.

El juez prohibió la inclusión en clases del llamado “diseño inteligente”, que postula que el desarrollo de la vida es tan complejo que debió haber sido guiado por un poder superior y no por la teoría de la selección natural de Darwin, informaron medios estadounidenses desde el tribunal en Harrisburg.

Cristianos conservadores habían impuesto que en las escuelas de Dover se presentara la teoría de Darwin como no probada, y que se enseñara a los alumnos de 14 años que el universo también pudo haber sido creado por un poder superior.

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Un grupo de padres recurrió a la justicia y el juez John E. Jones señaló que la teoría del “diseño inteligente” no es científica, y acusó a los defensores de la idea de mentir,  al negar que su campaña está motivada religiosamente.

La decisión no es vinculante para otras escuelas y puede ser apelada hasta llegar a la Corte Suprema.

El proceso de Pennsylvania es el primero de este tipo en la lucha entre los defensores y detractores de la doctrina del “diseño inteligente”. El presidente de EE.UU., George W. Bush, cristiano profundo según su propio testimonio, se había manifestado por el “diseño inteligente”.