Miles de sobrevivientes del terremoto que afectó a  Cachemira y al norte de Pakistán, el pasado 8 de octubre, aún no tienen refugio y corren peligro por el invierno que se aproxima.

Gobiernos y organismos que asisten a una cumbre de donantes en Ginebra, Suiza, se han comprometido a entregar $ 580 millones para asistir a las víctimas.

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Al inicio de la conferencia el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, había recalcado que se necesitan inmensas cantidades de ayuda para prevenir una segunda ola de muertes tras el sismo en la región.

Se estima que ya son al menos 79.000 las víctimas de la catástrofe y según el coordinador de la ONU en Pakistán, Rashid Khalikov, el número de muertos luego del sismo podría exceder a quienes fallecieron directamente.

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Organismos de ayuda advierten que el invierno que se aproxima podría matar a millones más, a menos que se actúe con urgencia.

La ONU había establecido un pedido de $ 550 millones a los donantes internacionales, al aumentar su meta original de $ 312 millones.

Según la organización, hasta el momento contaba con solo el 8% de la cifra requerida.

La ONU teme que más gente muera ahora que el pasado 8 de octubre.

En Pakistán el mal tiempo impide que helicópteros lleven tiendas de campaña y otra ayuda a zonas del norte.