Con la oficialización ayer de su candidatura a un segundo mandato, el presidente Álvaro Uribe inauguró un agitado debate electoral, atípico en la política, en el que las guerrillas de izquierda y la suerte de una negociación con paramilitares marcarán su destino.
El acto estaba previsto para la tarde y en él también iba a anunciar a su compañero de fórmula, el actual vicepresidente, Francisco Santos.