Desde la altura de Durán (Guayas), donde desemboca el río Babahoyo, y siguiendo su recorrido al norte, hasta las conexiones hídricas en el cantón Jujan (Guayas), los suelos tienen salinidad.

Los agricultores de recintos ubicados en el cantón Yaguachi (Guayas), que bordean el río Babahoyo, tienen definidas las características de la tierra.

“Algunos ya abandonaron sus arrozales, del otro lado de la carretera la salinidad es muy alta”, comentó Augusto Alvarado, productor de la cooperativa Pedro Menéndez Gilbert, en el recinto María Clementina.

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Junto con su padre y otros 30 miembros de la agrupación agrícola, Alvarado tiene sus sembríos de arroz al lado sur del camino de acceso al recinto, donde la salinidad fue mucho menor este año.

Ese hecho les permitió, con ayuda de unas diez bombas de agua, limpiar la sal del suelo y salvar su producción de verano.

El exceso de sal en el río Babahoyo se da primordialmente por la falta de lluvias. El subdirector ejecutivo de la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del Río Guayas (Cedege), Jacinto Rivero, explicó que el agua que llega del mar se mezcla con la del río y la falta de lluvia impide la combinación.

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Al margen izquierdo del río, en el cantón Samborondón, unas 3.000 hectáreas de sembríos de arroz han tenido baja producción o ya se perdieron por  la salinidad del agua.

La Comisión que vigila los problemas por la sequía, encabezada por la Subsecretaría de Agricultura, debe medir, en las próximas semanas, el contenido de esa sustancia en el  Babahoyo.

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Sin embargo, la Universidad Agraria que también integra la Comisión Especial tiene algunos planes para desalinizar los suelos, que se pueden aplicar en esta parte del país.