Guus Hiddink y Leo Beenhakker, dos directores técnicos holandeses y verdaderos trotamundos del fútbol, se convirtieron en figuras principales de la repesca para el Mundial del 2006, al llevar a Australia y Trinidad y Tobago a la cita de Alemania.

Hiddink, de 59 años, logró llevar al combinado australiano a su segundo Mundial al dejar en el camino a Uruguay en una dramática eliminatoria que se definió por la vía de los penaltis.

Después de llevar a Corea del Sur a las semifinales del Mundial del 2002 y a Holanda a las de Francia 98, Hiddink ha paseado su sabiduría por distintos lugares y, entre otros, ha entrenado al Real Madrid y al Valencia españoles y en su  país dirige actualmente al PSV Eindhoven.

Publicidad

Su condición de holandés errante parece perfectamente fundamentada, ya que en Corea le pusieron sobre la mesa un cheque en blanco y, pese a todo, prefirió asumir nuevos retos.

Por su parte, Beenhakker se ha transformado en un verdadero héroe en Trinidad y Tobago al llevar al conjunto caribeño a su debut mundialista, luego de dejar por el camino a Bahrein al vencerlo ayer por 1-0.

Beenhakker, de 63 años, condujo a Holanda en el Mundial de Italia 90, donde quedó eliminada en la segunda ronda ante Alemania, y  también a la de Arabia Saudita. Además fue estratega de varios de los principales equipos de su país –Feyenoord y Ajax–, de los españoles Real Madrid y Zaragoza, los mexicanos América y Guadalajara, entre otros.