Habiendo Perú consagrado en una ley, que es una manifestación de su soberanía, las bases para diseñar su mar territorial en una forma distinta de los tratados firmados con Ecuador y Chile, la promulgación de esta ley significa:

1) Que Perú no admite que esos tratados delimitaron su mar territorial o que reniega de ellos. 2) La afirmación de un derecho de dominio que Perú declara unilateralmente sobre dos sectores del océano, y su propósito de ejercer la acción reivindicatoria que nace de ese derecho contra los países que poseen actualmente esos sectores marítimos, países que son Ecuador y Chile. 3) Que ninguna declaración de las autoridades peruanas, ni siquiera de su actual o próximo Presidente de la República, tiene eficacia jurídica porque la ley impera y excluye esas declaraciones. 4) Que siendo la ley una norma general, ninguna autoridad peruana puede suspenderla a su arbitrio en un punto, aplicándola rigurosamente en otro, porque desde su promulgación Perú está obligado a trazar su mar territorial en detrimento del mar territorial ecuatoriano y a disputarnos más de diez mil kilómetros de superficie marítima. 5) Que Ecuador es parte perjudicada por esta ley y que es inaceptable su declaración de neutralidad. 6) Que Ecuador tiene el deber de gestionar ante Perú el otorgamiento de un documento jurídicamente eficiente, ratificado por el Congreso peruano, que declare terminantemente que es el paralelo la frontera marítima entre ambos países.

Dr. Jaime Damerval
Guayaquil

Los límites marítimos entre Chile, Perú y Ecuador fueron confirmados por dos tratados: La Declaración de Santiago, suscrita en Santiago de Chile por los tres países, el 18 de agosto de 1952, y por el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima, suscrito en Lima, por los mismos países, el 4 de diciembre de 1954.

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En el primer Tratado se reconoció el paralelo geográfico como línea demarcatoria sobre la zona de las 200 millas marinas de jurisdicción y soberanía exclusivas que corresponde sobre el mar que baña las costas de Chile, Perú y Ecuador, ya que según se expresa en el artículo IV de esa Declaración, se prevé que “si una isla o grupo de islas pertenecientes a uno de los países declarantes estuvieren a menos de 200 millas marinas de la Zona Marítima General que corresponde a otro de ellos, la Zona Marítima de esa isla quedará limitada por el paralelo del punto en que llega al mar la frontera terrestre de los estados respectivos”.

En el segundo Tratado, “se establece una Zona Especial, a partir de las 12 millas marinas de la costa de 10 millas marinas de ancho a cada lado del paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos países”, o sea, se vuelve a confirmar que el paralelo geográfico constituye el límite marítimo, tanto entre Chile y Perú, así como entre Perú y Ecuador.

Ambos Tratados fueron ratificados y promulgados por los tres países hace más de medio siglo, y han sido aplicados y objeto del ininterrumpido respeto mutuo; incluso, hasta cuando se ha producido alguna infracción accidental de naves pequeñas que han sido advertidas o sancionadas, si hubieron estado ejerciendo faenas de pesca o caza con propósito preconcebido en dicha Zona Especial, por las autoridades de la jurisdicción correspondiente. No se trata solo de instrumentos de política marítima o de arreglos pesqueros, sino de tratados de límites marítimos, actualmente vigentes. Por consiguiente si el Gobierno del Perú desconoce la delimitación marítima con Chile, al no reconocer los referidos tratados de 1952 y 1954, implícitamente está desconociendo la delimitación marítima con Ecuador, que se fundamenta en esos mismos instrumentos internacionales, aunque por ahora, su Embajada en Quito diga que el paralelo marítimo que deslinda las jurisdicciones marítimas de Ecuador-Perú, es el paralelo del punto donde la frontera terrestre de ambos países llega al mar o sea, la Boca de Capones; afirmación que es cierta pero no suficiente porque también debe reconocer que dicho paralelo no es una línea equidistante sino el paralelo geográfico 03º 23’33.96”. El Gobierno del Ecuador y su Cancillería deberían apoyar la posición de Chile en este asunto, cuyos títulos jurídicos son también los nuestros.

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Dr. Javier Espinosa Zevallos
Guayaquil

Causa sorpresa que el Gobierno de Ecuador y la Cancillería, adopten conducta pusilánime, frente a la decisión del Congreso del Perú de establecer límites marítimos con Chile, en una forma que expresa, una vez más, la intención expansionista y mala vecindad con Ecuador y Chile.

Estuve por motivos profesionales en Perú, los días en los que su Congreso aprobaba el último Tratado de Paz con Ecuador, y la prensa de dicho país ya proclamaba que lo único que faltaría es la demarcación marítima con Ecuador, bajo los argumentos que hoy se lo hace frente a Chile. No podemos declarar neutralidad, ya que el problema Perú-Chile, es también Perú-Ecuador, y un ejecútese con la demarcación de las fronteras marítimas favorable al Perú, automáticamente cercenaría a nuestro país de casi todo el Golfo de Guayaquil, que es lo que pretenden maliciosamente los peruanos. Si ya perdimos casi todos nuestros derechos amazónicos, no podemos perder por falta de valentía el Golfo de Guayaquil.

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Demostraciones ambiguas o mal llamadas prudentes, de nada han servido para garantizar nuestros derechos territoriales en el pasado. Por lo tanto, es hora de mantener una alianza estratégica firme con Chile, que nos permita mantener bien guardadas las espaldas. Ecuador y Chile, deben de proclamar una acción conjunta, que haga entender al Congreso y Gobierno del Perú, que su afán expansionista para siempre ha terminado.

Dr. Pedro Posligua B.
Guayaquil

Como chileno, hermano y amigo de su maravilloso país, Ecuador, es mi deseo sentir un real apoyo a través de su prensa escrita, ante la insolencia y atropello sistemático con que se pretende avasallar un cierta delimitación marítima ya zanjada por muchos años.

No se trata de que ustedes se limiten a señalar que “Ecuador no tiene problemas de límites con Perú”, sino de hacer sentir mediante su prensa, que respaldan aquello que ya, jurídicamente y desde el punto de vista del derecho internacional, está finiquitado. Por ahora no lo noto así.

Andrés España Nettig
Santiago de Chile, Chile

El conflicto entre Chile y Perú por soberanía marítima, también afecta de manera directa al Ecuador.
El solo hecho de haber leído en internet la noticia de que el Gobierno de Perú, a través de su controvertida nueva ley de demarcación marítima, exponga sus deseos de ejercer soberanía en el Golfo de Guayaquil, es alarmante. Cuando  yo era pequeño escuchaba a los mayores comentar sobre las pretensiones en torno a los territorios en donde se encuentran ubicados la ciudad de Guayaquil, la cuenca del río Guayas, y el Golfo de Guayaquil. Tales aseveraciones serían válidas dado los últimos acontecimientos.

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¿Cuándo se va a acabar este tipo de situaciones? Primero fue la cobarde invasión de 1941, luego la guerra de Paquisha en 1980, y después la guerra del Cenepa en 1995. Cuánta falta le hacen a nuestro país figuras del corte de Alfaro, Velasco Ibarra, Jaime Roldós, o Carlos Julio Arosemena Monroy para poder hacer frente a este tipo de situaciones.

Nuestra generación, la nacida en la década de 1970 y 1980, ¿tendremos que pasar por la misma experiencia por la que pasaron nuestros abuelos y padres? Dios quiera que aquello no ocurra. Basado en eso, exijo a los medios de comunicación ecuatorianos, y al Gobierno del Ecuador, que levanten su voz de protesta.

Ing. Otto González Mendoza
Georgia, EE.UU.