Los 600 pasajeros de un crucero turístico que navegaba por aguas de Somalia escaparon este sábado del ataque de unos piratas,  que dispararon granadas contra el barco, en una acción que testigos presenciales contactados desde Londres describieron como "surreal y terrible".

"Eran las primeras horas del alba; estaba mirando por la pequeña ventana de  mi camarote cuando vi un bote con unas cinco personas, a unos 18 metros; me di  cuenta de que dos de ellas llevaban rifles y otra una especie de lanzacohetes",  explicó Norman Fisher, uno de los 18 británicos que viajaban en el "MV Seabourn  Spirit", un crucero de 10.000 toneladas con bandera de Bahamas.

El barco, perteneciente a la compañía con base en Miami "Seabourn Cruise  Lines", navegaba por aguas del Océano Indico, frente a las costas de Somalia,  en dirección a Mombasa, en Kenia, donde tenía prevista su llegada el lunes,  como parte de un crucero que zarpó de la ciudad egipcia de Alejandría.

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"Quédense dentro, quédense dentro. Estamos bajo ataque", fue el anuncio que  Fischer y los demás pasajeros oyeron a continuación a través de los altavoces  del barco, que inmediatamente puso sus motores a toda máquina e intentó  escapar, infructuosamente, de los disparos de los piratas.

"Fue una experiencia surreal", añadió el británico al precisar que, desde  luego, lo ocurrido "no es una de la clase de cosas que uno se espera en un  crucero".

El camarero Richard Fuller, que tuvo que hacer frente a más de una crisis  de pánico de los numerosos turistas que se concentraron en uno de los  restaurantes de la nave vestidos todavía con pijamas y batas, calificó lo  ocurrido como de una situación "muy, muy terrible".

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"Muchos de los pasajeros estaban muy nerviosos; los que se encontraban en  la parte del barco alcanzada por los disparos estaban totalmente asustados pero salvo eso, ahora todos están bien", afirmó Fuller.