Bolivia respiraba aliviada ayer después de que el presidente interino Eduardo Rodríguez fijó una nueva fecha para las elecciones, el 18 de diciembre, y puso fin mediante un decreto a una larga disputa sobre la composición de la Cámara de Diputados.

La decisión del gobernante tuvo una respuesta positiva de los actores implicados, los grupos parlamentarios y los comités cívicos regionales que lo lograron el resolver el conflicto.

El sufragio estaba en peligro por la decisión de la Corte Nacional Electoral de suspender la fecha inicial de la votación, el 4 de diciembre.