Centenares de personas, en su mayoría de la ciudad de Loja, despidieron la mañana de ayer a la venerada imagen de la Virgen de El Cisne que fue llevada hasta Catamayo. La santa, conocida también como La Churona y nombrada Patrona Nacional de Turismo, es una imagen de 64 centímetros tallada en madera de cedro en 1594 por Diego de Robles.

Una misa celebrada por sacerdotes lojanos fue el primer acto de despedida de la imagen que se dio a las 06h00 frente de la iglesia catedral.

Al final de la eucaristía, monseñor Hugolino Cerasuolo, obispo de la ciudad, agradeció a diversas instituciones que  este año colaboraron con la celebración de los 75 años de coronación canónica de la sagrada imagen.

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“Viva la reina de El Cisne”, “viva nuestra madre”, “adiós virgencita”, “hasta el próximo año Churonita”, fueron las expresiones de sacerdotes y del público, mientras la imagen era llevada ya en hombros por la calle Diez de Agosto hasta las afueras de la ciudad por la vía antigua a Catamayo.

La Policía colaboró con los organizadores y fieles devotos que acompañaron a la imagen hasta Catamayo. La vía nueva desde la “Y” hasta este cantón fue cerrada desde las 12h00 hasta las 16h00.

La imagen, ubicada en una urna de metal, permanecerá en Catamayo hasta el próximo 6 de noviembre. Luego será trasladada a San Pedro de la Bendita y el próximo 17 de  este mes llegará a su santuario, localizado a 74 kilómetros de la capital provincial.

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La Virgen de El Cisne estuvo en Loja desde el pasado 20 de agosto y, según voceros de la Diócesis de la provincia, este año fue visitada por más de 500 mil personas sin contar el número de fieles y peregrinos que acompañaron a la imagen días antes de que iniciara su recorrido.

La Virgen coronada o Virgen de El Cisne estuvo el 27 de septiembre pasado en Quito. Según datos históricos, la Virgen apareció frente a unos pastores indígenas de El Cisne, un pueblo ubicado a 70 kilómetros de Loja, a fines del siglo XVI, y pidió que en ese lugar le levantaran un templo. Con el paso de los años la devoción por La Churona trascendió a todo el país, a tal punto que la procesión que anualmente se realiza en su honor es una de las más multitudinarias del Ecuador.