El vórtice de la tormenta tropical Beta, cuyos vientos alcanzaban anoche los 100 kilómetros por hora y amenaza con transformarse en huracán, se alejaba ayer de la isla colombiana de Providencia, al tiempo que mantenía a Nicaragua bajo alerta.

Una tormenta se convierte en ciclón cuando sus vientos máximos sostenidos alcanzan los 118 kilómetros por hora.

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Los meteorólogos de EE.UU. han pronosticado que habrá inundaciones derivadas de marejadas y lluvias en Providencia, en el noreste de Honduras y en Nicaragua.

Pescadores nicaragüenses salieron ayer por toda la costa caribeña para recoger a los habitantes de pequeñas caletas y ponerlos a salvo.

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En Honduras, el gobierno activó medidas preventivas, como habilitar refugios y enviar comida a sitios estratégicos, mientras que en Costa Rica las autoridades se preparan para evacuar a cientos de personas.

La actual temporada de huracanes en el Atlántico norte termina el próximo 30 de noviembre y ha marcado un récord con 23 tormentas tropicales y doce huracanes, de los cuales cinco fueron mayores, al alcanzar las categorías tres, cuatro o cinco en la escala de cinco de Saffir-Simpson.

Por primera vez en la historia se ha recurrido a las letras del alfabeto griego para nombrar a las tormentas, pues se completó la habitual lista de 21 nombres de mujeres y hombres con que se las bautiza anualmente.

Miles de personas que habitan en zonas de alto riesgo en la región del Caribe de Nicaragua comenzaron ayer a ser evacuadas hacia sitios seguros ante la aproximación de  Beta, que impactará tierra como huracán mañana.

 Unas 12.000 personas de la zona costera de la Región Autónoma del Atlántico Norte, donde impactará Beta, serán evacuadas hacia la profundidad del territorio y zonas altas para evitar riesgos a su vida, informó  el presidente Enrique Bolaños, tras coordinar las operaciones con el Ejército.

La costa de Nicaragua es una de las zonas más aisladas de la región. El transporte se realiza frecuentemente por aviones ligeros o lanchas por los ríos lodosos.

Beta cambió su rumbo inicial que preveía atravesar el norte de Nicaragua hasta el océano Pacífico, y al parecer  va a cruzar Honduras”, indicó  Bolaños.

Los vuelos aéreos comerciales hacia la región del Caribe serán suspendidos así como la navegación marítima y solo podrían hacerlo las  autoridades militares y del Sistema Nacional de Prevención y Mitigación de  Desastres (Sinapred).

La Comisión Permanente de Contingencias  (Copeco) de Honduras habilitó refugios y declaró ayer la alerta amarilla para llamar la  atención de la población ante los inminentes aguaceros que dejará Beta.

También Costa Rica se preparaba para evacuar a cientos de  personas en la región del Pacífico y el norte, frente a la amenaza de lluvias torrenciales a causa de la tormenta tropical Beta.

El desvío que sufrió Beta minimizó sus efectos sobre la isla colombiana de San Andrés, que registró pocas lluvias.