La armonía de verdes pastos, sauces de ramas chorreantes y arroyos por doquier contrasta con las viejas estructuras abandonadas de la casa comunitaria y la escuela Provincia de Los Ríos en la comunidad Verdepamba de la parroquia Comput, que se destruyen tras su cierre hace siete años por  la falta de alumnos.

La cancha deportiva, otrora  lugar de diversión y bullicio de los pequeños, hoy luce desolada y el silencio  solo es interrumpido por el silbar del viento.

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Verdepamba casi ya no existe y los pocos niños que quedan  van a la escuela Pasaloma de la parroquia Caspol, refiere  Getulio Saggin, párroco de Chunchi.

En el lugar donde antes se congregaban cientos de fieles para celebrar las fiestas en honor a la Virgen del Cisne en septiembre, casi ya no hay moradores y los pocos que quedan viven distantes del centro comunitario.

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“El número de habitantes no pasa de 30, es una comunidad que casi ha desaparecido”, sostiene el alcalde de Chunchi, Walter Narváez.

Comput y sus seis poblados, con una pobreza que supera el 80% y la desnutrición que afecta al 66,5% de la población, llegaba a los 1.078 habitantes en el 2001, hoy se calcula que de ellos el 20%  ha migrado.

Tauri y Cullún son otras comunidades afectadas por la migración.