Las siamesas que nacieron el pasado lunes y que compartían corazón, hígado y esternón murieron ayer en el hospital Baca Ortiz, de Quito, a causa de un paro cardiaco, informó Jaime Ochoa, médico pediatra encargado del caso.

Las niñas, de cuatro días de nacidas, fallecieron a las 14h00 tras un progresivo deterioro de su salud que desencadenó en un shock  cardiogénico, explicó el especialista.

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“El cuadro fue empeorando hasta que a las 12h30 se produjo un  paro, del que lograron salir transitoriamente, pero luego empeoraron hasta que  finalmente fallecieron”, comentó Ochoa.

Las niñas María y Guadalupe Quinatoa habían nacido en el cantón Chillanes, en la provincia de Bolívar, y fueron trasladadas al  hospital Baca Ortiz, en la capital ecuatoriana, desde donde los padres -una  pareja de agricultores- promovían campañas para obtener ayuda económica.

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Según el parte médico, las siamesas nacieron unidas por el corazón, hígado  y esternón, en el tercer caso reportado recientemente en el país.

“En el primer caso las siamesas fallecieron durante una operación y en el  segundo, ocurrido hace ocho años, los niños murieron por una infección antes de  ser intervenidos”, recordó el pediatra.

La salud de María y Guadalupe, se  deterioró desde  la mañana de ayer.
A causa de ello fueron entubadas (anestesiadas) y recibieron ventilación mecánica,  informó Raúl Villacrés, pediatra encargado del área de neonatología del hospital.

Las niñas tenían síntomas de una infección, posiblemente generada en los pulmones.

En un paciente recién nacido es un grave riesgo, estamos frente a un proceso séptico (los órganos no funcionan bien), explicó Villacrés.

Los galenos les aplicaron antibióticos y administraron respiración. Además les dieron medicación para garantizar las contracciones cardiacas y mantener la presión arterial.

En la mañana incluso los médicos señalaron que se habían realizado contactos con los hospitales Children de Boston y de Washington y con el Bambino Gesu (Niño Jesús) de Italia.

Ochoa indicó que se esperaba la visita del Dr. Tomás Hoggen, que fue jefe del hospital Children de Washington, Estado Unidos, quien iba a realizar una evaluación a las pacientes María y Guadalupe.

Agregó que las siamesas compartían una cavidad auricular por lo que era difícil separarlas.

El Ministerio de Salud se ha bía comprometido cubrir los gastos de la operación, el  postoperatorio, permanencia y recuperación de las niñas durante el tiempo que hubieran permanecido en este hospital.