Al menos 27 personas murieron, 20 están heridas, otras 30  se encuentran desaparecidas y decenas de casas fueron sepultadas por derrumbes, arrasadas por el agua o inundadas debido a fuertes lluvias que desde  el jueves azotan el noroeste de Colombia.

El caso más grave se presentó cerca al municipio de Bello, departamento de Antioquia, a pocos kilómetros de Medellín, donde el desbordamiento de un arroyo provocó una avalancha que mató al menos a 27 personas, entre ellas niños.

“La situación es caótica, hemos encontrado 27 cadáveres y esperamos que esa cifra aumente por el número de desaparecidos”, dijo John Taborda, director de la oficina de Prevención de Desastres de Antioquia.

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“En la parte rural llovió demasiado ayer (jueves), entonces la quebrada La García se represó en la parte de arriba y bajó en avalancha, y se llevó algunas casitas que estaban en la ribera y alrededores”, relató Claudia Vélez, secretaria de gobierno de Bello.

En el departamento de Córdoba, vecino de Antioquia, las lluvias dejaron a más de 500 personas en la calle al inundarse sus casas.

En Barranquilla, la cuarta ciudad colombiana, la Policía reportó que 15 casas quedaron destruidas ante la crecida de los arroyos.

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El director de la entidad de prevención agregó que las autoridades han ordenado a varias aeronaves hacer sobrevuelos por los cauces de los principales ríos de Antioquia para detectar los lugares que continúan bajo riesgo por eventuales deslizamientos de tierra, pues la lluvia no cesa.

“Por primera vez vi algo así, parecía como una película, la gente corriendo asustada, llegaron rumores que los ríos que están en la montaña se habían desbordado”, dijo el sacerdote católico Adán Gasior.

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“Los ríos y las quebradas crecieron, bajaban con piedras y con troncos de madera, todo en la parte alta temblaba y la gente estaba muy asustada”, agregó el religioso polaco.

Una funcionaria de la Cruz Roja indicó que entre las víctimas fatales y desaparecidos hay varios niños, aunque no dio cifras específicas.