Global Marine, compañía de Carolina del Sur, Estados Unidos, anunció que comenzará el rescate de un tesoro que Francis Drake arrojó frente a las costas ecuatorianas, valorado entre $ 100 millones y $ 200 millones. El salvataje tomará de cuatro a seis semanas.

Se trata de tan solo uno de veintidós tesoros hundidos frente a las costas ecuatorianas que tiene catalogados la compañía, con un valor de $ 220 millones cada uno, estima Global Marine, que trabajará como subcontratista para el titular del permiso de salvataje.

En diciembre de 1577, Francis Drake partió de Inglaterra, con patente de corso, para asaltar buques y saquear ciudades de la América española. Cruzó el Estrecho de Magallanes en agosto de 1578 y procedió a saquear Valparaíso, Callao y ciudades menores. Fue la primera incursión de corsarios en la Costa del Pacífico de América, por lo que encontró a las poblaciones indefensas y desprevenidas.

Publicidad

En Callao se entera que catorce días antes había partido rumbo a Panamá el más poderoso y rico buque de la flota española en el Pacífico Sur, el Cacafuego. Se lanza en su persecución, no sin antes asaltar lo que pudo en el camino. 

En su libro, El Mundo Circunnavegado, menciona de un buque que tomó entre Lima y Paita; otro que tomó cargado de vino en el puerto de Paita, y uno tercero, cargado con implementos marítimos, además de 80 libras de oro, en Guayaquil, por donde reporta pasar el 24 de febrero de 1579.

A la altura del Cabo San Francisco avista al Cacafuego, al que aborda frente a las costas de Esmeraldas. Por la débil defensa (el capitán no se esperaba un buque hostil) y lo rico del botín, Drake rebautizó el buque español como Cacaplata.

Publicidad

Drake siguió su viaje hacia el norte, reclamó California para la corona inglesa, bajo el nombre de Nueva Albión, y al no encontrar un pasaje por el norte de América, giró hacia el oeste, cruzó el Pacífico y el Índico, y retornó a Inglaterra, donde la Reina Isabel lo invistió de Caballero.

En algún momento, frente a costas ecuatorianas, Drake debió aligerar su nave, arrojando por la borda 1’350.000 pesos de plata, más otros tesoros. En su libro no menciona este incidente. El tesoro pesaba al menos cuarenta y cinco toneladas, de las que en el año 1930 un vapor se habría llevado diez antes de ser avistado por la Marina Nacional.

Publicidad

Desconocemos cómo cobrará su parte el Estado ecuatoriano, supongo que mediante un porcentaje de lo recobrado, lo que procederá a vender.

Ojalá conserve una parte para que sirva como atractivo central de un museo en Guayaquil, de la ciudad y los piratas en la era colonial.