Un voraz incendio en las inmediaciones de Los Ángeles destruyó unas 7.000 hectáreas de terreno y amenaza con quemar zonas habitadas, mientras una gran humareda envuelve a parte de la ciudad.

El siniestro comenzó la noche del pasado miércoles en el barrio residencial de Chatsworth, oeste de Los Ángeles, como un fuego local avivado por la maleza seca.

Más de 3.000 bomberos intentaban combatirlo ayer, apoyados desde el aire por helicópteros y aviones cisternas, mientras cientos de residentes evacuaban Bell Canyon, Lake Manor, Kanan Road, Malibu Canyon o Calabasas en una de las zonas más exclusivas del sur de California.

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Las altas temperaturas que se registran  estos días en la zona, con un promedio de 32 grados centígrados, la falta de humedad y la presencia de los llamados vientos de Santa Ana, procedentes del desierto, favorecen al fuego.

A fines del 2003 devastadores incendios dejaron en California 22 muertos y unos 3.000 km2 incinerados.