El seleccionado de México venció 3-1 a Costa Rica en tiempo suplementario y se clasifició para las semifinales del Mundial Sub-17 de Perú, en un encuentro de mucho coraje y derroche de energía jugado el domingo en el Estadio Miguel Grau de Piura (norte, frontera con Ecuador).
México anotó por Efraín Valdez sobre los 88 minutos y Carlos Vela a los 91 y 105. Costa Rica había abierto el marcador gracias a un autogol del azteca Adrián Aldrete a los 67 minutos.
Los mexicanos necesitaron del tiempo de suplementario para sellar su superiodidad y el triunfo le permite estar entre los cuatro mejores del mundo de la categoría.
Desde el inicio México puso condiciones con un planteamiento 4-4-2 dominando los espacios, atacando en base al desplazamiento de los volantes, en especial de Omar Esparza, que con sus corridas por la derecha abría los flancos a fin de servir a los delanteros, pero los pases morían sin peligro por la marca implacable de los ticos.
El técnico azteca equivocó en mandar a Giovani Dos Santos como si fuera un delantero neto, pegado en el área, y a Carlos Vela flotando por los lados, cuando debió ser al revés, lo que facilitó la labor de los ticos y el lucimiento del arquero Quesada, que apagó los gritos de gol.
Costa Rica no varió su juego mostrado en anteriores encuentros, utilizó el contragolpe como su mejor arma. Se replegó, esperó en la mitad del campo el avance del rival a fin de descifrar los ataques, que casi siempre venían por el centro o la derecha.
Con Solórzano y Carrillo mientras estuvo en el campo -fue cambiado por Cordero-, Costa Rica llevó peligro en la valla de Arias.
A los 67 minutos un centro sin mayor peligro en tierra mexicana tocó los nervios a la defensa que rechazó mal y el central Aldrete de cabeza bastió su propia meta, dando un marcador sorpresivo a los 10.000 espectadores en el estadio piurano.
El marcador era injusto porque los mexicanos dominaron el encuentro, atacaron y sus hombres perdieron goles, lo que hizo variar al técnico Ramírez. Mandó a Dos Santos a avanzar desde atrás provocando más espacios.
A falta de un minuto para el final y cuando los ticos saboreaban la clasificación a semifinales, el defensa azteca Valdez de tremendo disparo de 25 metros venció a Quesada, que había sido la muralla de los centroamericanos, y logró la igualdad y enviar el partido al alargue.
En el suplementario, el mejor arresto físico y dominio de los mexicanos acabó con la férrea defensa rival que se vio superada y dos goles de Carlos Vela pusieron justicia y decretaron del combinado azteca a las semifinales.