Desde ayer los latacungueños cuentan con el servicio de trenes,  suspendido hace cinco años.

Un sonido hondo y alegre interrumpió ayer la calma usual de los sábados al mediodía en Latacunga. Laura Toapanta trató de identificar ese ruido.

 ¿Será posible que el pito de tráiler suene igual al de un tren? Se preguntó la mujer, quien se encontraba en una mecánica cercana a la estación de trenes. Laura gritó de emoción cuando vio a una locomotora seguida de siete vagones que se abría paso en una ciudad que parecía haber olvidado al ferrocarril.

Hace cinco años que los latacungueños no veían al tren llegar a ese sitio. Ayer, el espacio de las rieles estaba ocupado por los camiones que acuden a las mecánicas cercanas a la estación, en el barrio San Sebastián.

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El tren tuvo que esperar varios minutos hasta tener vía libre para continuar su recorrido.
Al avanzar, pocos metros antes del final de su viaje se descarriló, en un tramo en el que las rieles están hundidas por el desuso y el descuido.

De regreso
El primer viaje del tren en la ruta Quito-Latacunga, después de una interrupción de cinco años, empezó a las 08h00, en la estación de Tambillo,  a 45 minutos de Quito.

Los 240 pasajeros tenían como destino  el parque recreacional El Boliche, ubicado al pie del volcán Cotopaxi. A las 09h30, Clemente Vicuña, miembro de la tripulación, suspiró cuando vio que solamente diez viajeros quedaban para la ruta de El Boliche a Latacunga.

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Señaló  que en ese momento le asaltaron varias dudas. Se preguntaba si la reapertura de los viajes a esa ciudad tendría acogida, y si la vía estaría en buenas condiciones para recorrer en menos de dos horas los 35 kilómetros que separan a los dos puntos.

“Todo el mundo ha hecho lo que le da la gana con el ferrocarril”, expresó Vicuña, con tristeza. Con 26 años en la empresa de ferrocarriles, ha trabajado en todas las rutas.
Recordó que los viajes de Quito a Guayaquil se interrumpieron en 1982 debido al mal estado de las rieles.

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El tramo Quito-Latacunga-Riobamba se suspendió hace cinco años. La Empresa Nacional de Ferrocarriles del Estado, que se ha puesto como meta rescatar el uso del medio de transporte,  retomó ayer el tramo a Latacunga.

En la ruta hacia la estación de Laso, Vicuña no dejaba de asomarse a la ventana: miraba los paisajes que no esperaba volver a contemplar. “La gente se ha de asustar viendo el tren”, comentó entre risas.

En la entrada a Latacunga, un grupo de jóvenes salió corriendo de una iglesia para ver pasar el pesado tren. En el barrio La Estación los moradores se asomaron apresuradamente  a las puertas y ventanas de sus casas.

Durante la interrupción del viaje, debido a los camiones estacionados, Luis Gallardo, habitante de La Estación, se subió a la vieja locomotora para que su pequeña nieta Anaí Elizabeth conozca cómo es  por dentro. Mientras observaban las instalaciones le dijo a la niña “algún día nos iremos a Quito”.

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SERVICIO

CAMBIO
La antigua ruta Quito-Latacunga está por ahora en periodo de prueba y solo se lo realizará  los fines de semana.

NOMBRE
La Empresa Nacional de Ferrocarriles del Estado cambió de razón social, a Empresa de Ferrocarriles del Ecuador. Hace dos semanas el Congreso  ratificó una ley que permite la concesión del ferrocarril al sector privado con fines turísticos.

TRABAJOS
Los cambios han causado incertidumbre entre los empleados ferroviarios, quienes no conocen aún si conservarán sus puestos de trabajo.