Ser virgen en el siglo que vivimos causa risa y hasta disgusto a los demás.

¿Es qué cuesta guardarse hoy? ¡Sí, claro que cuesta mucho!, no solo por la presión que existe de parte del sexo opuesto, sino porque cuesta soportar las burlas, palabras malintencionadas, injurias, con las que pretenden que aquellas personas que aún conservan la virginidad se sientan pésimo y crean que lo que tienen es un estorbo del cual hay que deshacerse muy pronto.

La virginidad es una virtud que se debe cultivar, tanto en la mujer y si es posible también en el hombre, pues allí radica el hecho de sentirse libre para poder actuar sin convertirse en un esclavo de su propio cuerpo.

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Prof. Azucena Rodríguez Cepeda
Guayaquil