Un zumbido intenso y ensordecedor se escucha por ráfagas que duran segundos, pero son constantes. Parece un taladro gigante encendido a su máxima velocidad.

Es la señal de que el circuito José Carlos Pace, conocido como Interlagos, por su proximidad al lago Guarapiranga, está cerca. El estruendo de los motores también indica que los pilotos de Fórmula Uno iniciaron las jornadas uno y dos de pruebas libres efectuadas ayer, en la mañana y en la tarde, en el escenario ubicado al sur de Sao Paulo.

La versión 34 del Gran Premio de Brasil recibió su banderazo de salida con los ensayos (que se repetirán hoy por tercera y cuarta ocasión), en los que los corredores afinan los motores de sus respectivos monoplazas, antes de las pruebas de clasificación previstas para las 11h00 (hora de Ecuador) de hoy.

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Quedó para la anécdota que el austriaco Alexander Wurz (McLaren Mercedes) fuera el más veloz y que el español Fernando Alonso (Renault) obtuviera el tercer mejor tiempo. El público que acudió a Interlagos fijó su atención en otros aspectos. Disfrutó con ver en vivo al siete veces campeón mundial Michael Schumacher, aplaudido como héroe local a su paso en su Ferrari; vitoreó a Alonso, el líder general que buscará convertirse mañana, a sus 24 años de edad, en el monarca más joven de la historia del deporte tuerca; y enloqueció, como los narradores locales que transmitieron las pruebas, con el desempeño de Rubens Barrichello, que se presentará en su país por última vez como miembro de Ferrari.

Sin embargo, ninguno de los tres pudo arrebatarle al desaparecido Ayrton Senna el protagonismo del que ha gozado en los últimos días, antes de la única competencia que el calendario de la Federación Internacional de Automovilismo  programa en Sudamérica. Noticiarios deportivos, programas especiales y los principales diarios de Sao Paulo recordaron al triple campeón del mundo, fallecido en el circuito de Ímola en 1994.

La imagen ha sido siempre la misma: Senna (nacido en Sao Paulo) festejando al arribar primero a la meta en el Gran Premio de Brasil de 1993, los aficionados locales lanzándose a la pista para levantarlo en hombros y dar una especie de vuelta olímpica,  y la celebración en el podio con un muy joven Schumacher y el mítico argentino Juan Manuel Fangio (cinco veces campeón mundial). “Tres hombres en los que se resume la historia de la F1”, dijo una presentadora de TV Globo.

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Pero pese a que el título puede definirse en el Gran Premio paulista, al interés del público que espera un año para gozar del espectáculo de la F1, a los anuncios que alertan en muchas calles que mañana hay fiesta en Interlagos, y a la nostalgia por Ayrton Senna (vivo en una serie de libros y otro tipo de publicaciones que se observan en cualquier puesto de revistas de la ciudad, y a la presentación de un DVD especial), la Fórmula Uno no ha podido destronar al fútbol de las portadas de los principales periódicos de Sao Paulo. Al menos hasta ahora.

Robinho y su primer gol en el Real Madrid, la convocatoria del técnico Carlos Alberto Parreira para los dos fechas finales de la eliminatoria de la Conmebol y las cinco victorias consecutivas del club Sao Paulo le han ganado la carrera a la F1, que tendrá que esperar hasta mañana para reinar sobre el deporte más popular de Brasil. Así como aguarda Alonso, viendo televisión y jugando tenis, alejado de la prensa, para ceñirse la corona que fue de Schumacher.

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PARA ANOTAR

TRANSMISIÓN
La cadena de televisión Fox Sports (19) y Canal 1 (12) transmitirán mañana la carrera en vivo desde Sao Paulo, Brasil.

DOMINIO
Los McLaren-Mercedes dominaron las dos primeras  sesiones de ensayos libres del Gran Premio  realizadas  ayer, dejando presagiar una vez más  que serán difíciles de vencer.