El papa Benedicto XVI ha manifestado que ve con gran preocupación la corrupción que impera en Ecuador, y exhorta a las autoridades a obrar con honradez y dignidad.

Este es un mensaje que deben oír, meditar y acatar los gobernantes, pues viene nada menos que del Vicario de Cristo. Nos hace recordar el llamado que hizo Dios por medio del justo Abraham a Sodoma y Gomorra, sumidas en la más repugnante corrupción, para que enmienden, pero la ceguera de esa gente fue mucho más. Abraham hizo todo lo que pudo como intermediario, y al insistir a Dios que de haber diez justos los perdone, Dios le respondió: “Si hubiera diez justos, perdonaría”, pero no hubo ni siquiera diez. Luego vino el fin de esas ciudades que todos sabemos cómo fue.

Es que la corrupción a la cual ha llegado nuestro país, la codicia que impera en toda la función pública rebasa todo cálculo. Y es por eso que la pobreza extrema ha llegado a nuestro pueblo para que miles de compatriotas se arriesguen en esa dolorosa aventura de emigrar y encuentren la muerte. Tengan mucho cuidado señores funcionarios. Dios “El solo bueno” es tolerante, pero su tolerancia tiene un límite, como lo tuvo con Sodoma y Gomorra.

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Vicente Jaramillo Guerra
Guayaquil