Es increíble la actitud de algunos vigilantes de tránsito que parecen estar detrás de la mínima oportunidad para obtener coimas, sin considerar el trabajo que tienen encomendado.

En el puente a desnivel del Salitral cerca de una gasolinera, meses atrás un motociclista viniendo de norte a sur impactó a un camión que girando en “U” en una zona prohibida, su chofer lo hizo sin percatarse del conductor de la moto al que le fue imposible frenar por la imprudencia del camionero.

El motociclista y su moto fueron a parar debajo del camión. El motociclista herido en el rostro y pierna, por suerte se levantó inmediatamente al verse debajo del camión; a la vez que el conductor al verse causante del accidente fugó arrancando el motor, sin importarle que la moto y su conductor estaban debajo.

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Una hora y quince minutos esperó el motocliclista parcialmente herido, a que llegase un vigilante, y para sorpresa de la víctima casi lo llevan preso. El vigilante adujo que el motociclista no estaba al día con el último año de la matrícula (al parecer, lo que más le interesó) y porque no era adivino para saber quién era realmente el culpable, ya que no tenía la versión del conductor que fugó (negándose a preguntar a los testigos).

En una posición clara de querer sacarle plata al estropeado, el agente le tuvo 35 minutos retenidos la moto y los documentos. ¿Para qué entonces son los vigilantes?

Washington Vásquez Jiménez
Guayaquil